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Un informe de la OMS Europa y la Red Mundial del Yodo (IGN) revela que el aumento en la popularidad y disponibilidad de alternativas vegetales a fuentes principales de yodo, como la leche, los productos lácteos y el pescado, está provocando una disminución en la ingesta de este mineral en los países de la región europea de la OMS.
La leche y los productos lácteos son fuentes clave de yodo en numerosos países de Europa occidental y central, especialmente para los niños. Los piensos y suplementos para animales a menudo se enriquecen con yodo para mejorar la salud de los animales de granja y la producción de leche. No obstante, la disminución en el consumo de productos lácteos entre adolescentes y adultos debido a las alternativas vegetales incrementa el riesgo de deficiencia de yodo en estos grupos.
La OMS alerta sobre el riesgo de deficiencia de yodo en embarazadas debido al aumento de alternativas vegetales a la leche
La ingesta de yodo es crucial para el desarrollo cerebral del feto antes y durante el embarazo. Según Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa, el cambio hacia alternativas vegetales lácteas, especialmente entre mujeres que ya tienen un mayor riesgo de deficiencia de yodo y enfermedades tiroideas que los hombres, es preocupante para la nutrición en yodo. Esto es particularmente relevante en países donde la leche es una fuente principal de yodo, ya que la mayoría de estas alternativas vegetales no lo contienen. Kluge ha destacado que el informe es "crucial" para resaltar un problema que está "resurgiendo en los países de la región".
Por otro lado, el director ejecutivo del IGN, Werner Schultink, ha señalado que hay una "falta de conocimiento" sobre las consecuencias de la deficiencia de yodo entre la población en general, así como entre las autoridades sanitarias, los profesionales de la salud y los productores de alimentos. Como resultado, "los avances en este ámbito pueden estar estancados o incluso en retroceso en algunos países".
El riesgo de trastornos tiroideos
Además del bocio visible, que se manifiesta como un bulto o hinchazón en la parte frontal del cuello debido a una tiroides inflamada, la deficiencia de yodo también puede provocar un aumento en la frecuencia de trastornos tiroideos prevenibles, como nódulos tiroideos, bocio multinodular e hipertiroidismo, especialmente en adultos y ancianos.
El hipertiroidismo no tratado puede incrementar el riesgo de arritmias cardíacas, insuficiencia cardíaca, osteoporosis, complicaciones en el embarazo y deterioro cognitivo en las personas mayores.
La yodación de la sal sigue siendo clave para la ingesta de yodo en Europa
La yodación de la sal continúa siendo la principal estrategia para asegurar una ingesta adecuada de yodo en el continente, aunque también se ve influenciada por los cambios en la dieta y el estilo de vida. En este contexto, los alimentos producidos o preparados fuera del hogar, como el pan, las carnes procesadas y las comidas listas para consumir, se han convertido en las principales fuentes de sal en la dieta occidental, representando entre el 70 y el 80 por ciento del consumo total.
Sin embargo, estudios de mercado recientes han mostrado que solo el 9 % de la sal en los productos alimenticios procesados en Alemania y el 34 % en Suiza está yodada. En 24 países donde la yodación es voluntaria o inexistente, los alimentos de consumo común suelen elaborarse con sal no yodada.
Exigen la fortificación urgente de sal
Por ello, tanto la OMS Europa como la Red Mundial de Yodo han instado a una fortificación urgente con yodo de la sal y las alternativas vegetales lácteas. En este contexto, Gauden Galea, dirigente de la Iniciativa Especial sobre Enfermedades No Transmisibles (ENT) e Innovación, ha señalado que los países "necesitan estrategias políticas más flexibles para proteger a las personas de la deficiencia de yodo". Esto podría incluir la implementación de políticas obligatorias para el uso de sal yodada de calidad alimentaria en los alimentos procesados y la integración de medidas tanto para reducir la sal como para yodar la sal.
Estas recomendaciones sobre las alternativas vegetales son parte de la campaña 'Race to The Finish' de la OMS Europa, que fomenta prácticas basadas en evidencia para alcanzar los objetivos de salud global y los ODS de la ONU. Apoyan políticas para reducir el consumo de sodio y prevenir la deficiencia de yodo, sugiriendo usar menos sal, pero siempre yodada.
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