26/04/2024 - 16:30
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Según el informe anual de Amnistía Internacional, el año 2023 estuvo caracterizado por el cierre de un capítulo que se inauguró con eventos significativos como el fin de la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín y la liberación de Nelson Mandela. Sin embargo, los derechos humanos universales han experimentado una erosión en un mundo donde una inteligencia artificial generativa domina, amenazando así el futuro.
El informe de la organización indicó que durante el año se observaron abusos generalizados contra los derechos humanos, con un aumento de ataques y homicidios ilegítimos perpetrados por Estados y grupos armados en diversos conflictos.
El informe de la Amnistía internacional
Amnistía Internacional presentó su informe anual de 491 páginas este miércoles. El informe examina cómo la economía, el cambio climático, la inteligencia artificial y los conflictos afectan a las personas más vulnerables en todo el mundo.
"Por decisión y omisión, hemos retrocedido. Un regreso al pasado que no queremos. Un futuro que nos prometieron que nunca volveríamos a tener", expresó la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard.
La represión global en 2023
La organización también señala que en 2023 las autoridades en todo el mundo reprimieron la disidencia mediante medidas en contra de la libertad de expresión, asociación y reunión. Además, hubo detenciones y encarcelamientos de defensores de derechos humanos, miembros de la oposición y activistas, quienes en algunos casos fueron sometidos a tortura y otros abusos.
En su informe, la organización también critica la falta de acción por parte de muchos países para garantizar los derechos a la alimentación, la salud, la educación y un medio ambiente saludable, lo que ha contribuido a injusticias económicas y la crisis climática. Además, señala la discriminación contra las mujeres, los pueblos indígenas y las personas LGBTI.
Los conflictos en Gaza
A finales de 2023, el Ejército de Israel comenzó una operación en Gaza en respuesta a los ataques de combatientes de Hamás en territorio israelí, donde perdieron la vida más de 1.200 personas y más de 200 israelíes fueron tomados como rehenes. La ofensiva continúa hasta la fecha.
Para finales de 2023, los ataques terrestres y los continuos bombardeos de las fuerzas israelíes habían cobrado la vida de 21.600 palestinos, incluyendo un tercio de niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Según el informe anual de Amnistía Internacional, las autoridades israelíes han intentado presentar sus ataques en el enclave palestino como "acciones conformes con el derecho internacional humanitario", pero según la organización, en realidad "han violado algunas de sus normas fundamentales".
Casi dos millones de palestinos desplazados de sus hogares
Las fuerzas israelíes aumentaron los indicios de crímenes de guerra al bombardear campos de refugiados y edificios residenciales densamente poblados. Aunque presentaron las evacuaciones del norte de Gaza como precauciones efectivas, en realidad desplazaron a casi 1,9 millones de palestinos de sus hogares, negándoles deliberadamente la ayuda humanitaria. Estos actos, junto con la retórica racista y deshumanizadora contra el pueblo palestino, son señales preocupantes de genocidio, según destaca el informe.
Por otro lado, aunque se han logrado avances en los derechos de las mujeres en los últimos años, el informe anual de Amnistía Internacional señala que estos logros están siendo disminuidos.
El informe resalta la situación de las mujeres en países como Afganistán e Irán, donde han enfrentado severas represalias estatales por exigir sus derechos. En Afganistán, las autoridades les han prohibido recibir educación después de la escuela primaria, trabajar en organizaciones no gubernamentales y de la ONU, así como obtener empleo en la mayoría de los sectores públicos. En Irán, se ha incrementado la represión para obligarlas a usar el velo, según denuncia el documento.
La vulnerabilidad económica en tiempos de crisis
El cambio climático, los conflictos y los impactos de la pandemia de COVID-19 han exacerbado diversas crisis económicas, afectando a países de todos los niveles de ingresos, pero golpeando de manera desproporcionada a los de menores ingresos.
“La degradación ambiental asociada a los proyectos extractivos a gran escala en regiones como América y Asia ha afectado en un grado excepcional a los pueblos indígenas y a otros grupos marginados”, indica Amnistía Internacional.
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