Y volver al mercado implica convertirse en una transacción interesante para la contraparte, al menos siguiendo la analogía de las transas y los trueques.
Millones de personas en todo el mundo empiezan o terminan el día con un rezo o una oración, porque además de agradecer por cada día es una manera de hablar con Dios. Sin embargo, existen muchos otros motivos para rezar.