¿Siguen funcionando las típicas frases para ligar?

Rotundamente no, debería ser la respuesta corta a la pregunta planteada. Pero la respuesta larga, la más explicativa, está repleta de variables que intervienen en el resultado final. Sí, puede ser que las frases típicas para ligar sigan funcionando, pero lo que aplica para uno no necesariamente aplicará para el otro, por lo que en el menor de los casos, habrán 4 variables interviniendo -4 personas que serán diferentes en absolutamente todo-.

Así que partiendo del hecho de que no hay dos hombres exactamente iguales y dos mujeres esperando exactamente lo mismo, las frases para ligar deben ser iguales; personalizadas, únicas, diferentes, de acuerdo a esa realidad de la que se parte. Por supuesto que internet está repleto de consejos y guías para crear las frases contundentes y más efectivas, pero lo cierto de todo eso es que la frase perfecta no existe si no se consideran otros aspectos.

Lo digital es la norma, y hay que aprovecharla

Que sí, que ligar de forma presencial es lo que se estila y en la oscura noche de un ambiente festivo la interacción cara a cara es lo usual, pero las estadísticas demuestran que muchos optan por tener el número de WhatsApp o el contacto en el Facebook para la primera interacción, antes que el encuentro personal, a no ser que el amor llegue como una especie de serendipia y el momento de la conquista y el flechazo no pueda postergarse.

En el caso de que la interacción sea por un mensaje, lo único que no se recomienda es enviar varios mensajes con frases sueltas, porque da sensación de agobio -para quien recibe- y de desesperación -por parte de quien lo envía-. Una única frase, original, diferente, eficaz, es lo recomendable. Algo similar ocurre en la forma presencial, donde la desesperación tiene más que ver con el lenguaje corporal y la sensación de rigidez, que debe ser evitada a toda costa.

Las frases que siempre han funcionado

La ciencia ha investigado hasta el final de las consecuencias todas las frases que suelen utilizarse para la conquista, y ha determinado que algunas funcionan mejor que las otras, considerando desde luego la cantidad de diferentes escenarios donde la conquista y el primer paso de estas pudiera darse, y donde la naturalidad del intérprete es casi tan importante como la elección de una frase que tenga mucho que ver con ello:

• La gracia exquisita: ser gracioso y ser un idiota son fronteras que a menudo no son fáciles de ver. Sin embargo, cuando la gracia está repleta de ternura y aborda la diversión del que recibe el piropo desde la inocencia y para nada las connotaciones sexuales, suelen ser frases que logren su cometido fácilmente. Un “Disculpa, ¿podrías ser el regalo que pida para Navidad?” será tan tierno e irresistible que necesitará una respuesta.
• Frases o acciones sin dirección aparente: las indirectas son interesantes cuando no dejan entrever lo fácil que sería descubrir la intención de quien la emite. No necesariamente tiene que ser hablar del tiempo que hace o qué hora es, sino ser un poco más original. Incluso, ser cortés o hacer algo por esa persona puede funcionar como primer paso. Hacer que el ascensor espere por esa persona y después hacer un comentario al respecto funcionará de maravillas.
• Sin miedo al éxito: la timidez y el miedo son las excusas más frecuentes para no utilizar las frases directas. Pero toda la ciencia está de acuerdo en que son las que mejor funcionan, siempre y cuando sean honestas y no tengan tanta carga de sexualidad en el mensaje. Un clásico es el hecho de presentarse y decir el esfuerzo y la valentía que se ha tenido que buscar para acercarse, presentarse y afirmar lo radiante que luce esa persona o lo mucho que le ha llamado la atención en ese momento. Desde luego, en estos casos la variedad es infinita y, posiblemente, los beneficios también.

Fuente: https://frasesamorbonitas.com/