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En Andalucía, alrededor de 725.000 niños, niñas y adolescentes (el 46,8 % de la población menor de 18 años) están en riesgo de pobreza o exclusión social. Esta cifra ha aumentado en 60.000 en comparación con 2022, lo que coloca a la región con la tasa más alta de AROPE (por sus siglas en inglés). La pobreza infantil en la comunidad ha subido al 42,5 %, superando en 13,6 puntos la media nacional del 28,9 %.
Más de 700 mil niños y adolescentes están en riesgo de pobreza en Andalucía
En Andalucía, alrededor de 725.000 niños, niñas y adolescentes están en situación de riesgo de pobreza y exclusión social, lo que representa el 46,8 % de la población infantil de la región, un aumento de 3,8 puntos respecto a 2023. Esta tasa supera en 12,9 puntos la media nacional, convirtiendo a Andalucía en la comunidad con el porcentaje más alto en este ámbito.
De acuerdo con el informe "Análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida con enfoque de infancia en Andalucía", realizado por la Plataforma de Infancia, la pobreza infantil en la región ha alcanzado un preocupante 42,5%. Este porcentaje representa un aumento de 4,4 puntos en comparación con el año anterior, lo que pone de manifiesto una tendencia creciente en la exclusión social y económica de los menores.
Como consecuencia, más de 658.000 niños y adolescentes en la comunidad autónoma se encuentran en situación de pobreza, lo que significa que casi la mitad de la población infantil andaluza vive en condiciones de precariedad.
Este aumento de la pobreza infantil refleja una grave desigualdad económica y social que afecta a las familias más vulnerables, quienes enfrentan serias dificultades para cubrir las necesidades básicas de sus hijos, como la alimentación, la vivienda y la educación. Además, la pobreza infantil tiene efectos a largo plazo, limitando las oportunidades de desarrollo y afectando negativamente el bienestar físico, emocional y educativo de los menores.
El informe también destaca la necesidad urgente de políticas públicas más efectivas que no solo aborden las consecuencias de la pobreza, sino que también prevengan su perpetuación mediante medidas estructurales que mejoren la situación económica de las familias y ofrezcan mayores oportunidades a los niños y adolescentes en riesgo.
Además, el 21,3 % de los niños y adolescentes de la región se encuentra en pobreza severa, una cifra que, aunque ha disminuido ligeramente en 2023, sigue siendo considerablemente más alta que la media nacional, afectando a unos 330.000 menores.
Un problema grave que llega a los hogares andaluces
En Andalucía, la pobreza infantil sigue siendo un problema grave. En 2023, la región presenta una tasa del 14,6 % de carencia material severa entre la población infantil, superando la media nacional del 10,8 %. Además, el 13,3 % de los hogares con niños no pueden permitirse alimentos básicos como carne o pescado cada dos días.
Ante esta situación, la Plataforma de Organizaciones de Infancia de Andalucía ha propuesto mejorar la coordinación entre Administraciones para ampliar la cobertura de la Renta Garantizada de Ciudadanía y desarrollar protocolos para identificar a los menores en riesgo de pobreza. También abogan por itinerarios de inclusión social y laboral que consideren las necesidades de conciliación familiar.
La pobreza infantil requiere políticas integrales y coordinadas entre las administraciones, con un enfoque en la mejora de la educación, la salud, la vivienda y el acceso a recursos económicos para las familias más desfavorecidas. Lacuesta insistió en que la prevención debe ser una prioridad para romper el ciclo de desigualdad que afecta a muchas generaciones de menores.
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