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Abordamos la manera en la que los pronósticos deportivos pueden influir en los jóvenes adultos desde un punto de vista emocional y psicológico, plasmando los desafíos que plantean y la importancia de apostar de manera controlada y responsable cuando se juega.
Los datos de los estudios coinciden en señalar el crecimiento del interés por las apuestas entre los jóvenes adultos, es decir aquellos mayores de edad.
Recordemos que todas las casas de apuestas obligan a acreditar mediante verificación de identidad que el usuario cumple los requisitos de edad, siendo esta una condición imprescindible para poder registrarse y realizar cualquier modalidad de pronóstico.
Con todo, más allá del cumplimiento de los requisitos de la Ley del Juego, resulta fundamental la adopción de unos pautas responsables, para apostar de manera controlada, algo que tiene mucho que ver con la vertiente psicológica de las apuestas, que conviene analizar detenidamente por su repercusión.
La psicología de las apuestas deportivas
Apostar es un acto sobre el que gravitan múltiples emociones, y lo hacen además de manera bastante acusada.
No en balde, el primer calificativo que se le pueden poner a los pronósticos es que son muy 'emocionantes', siendo precisamente la sensación de adrenalina que provocan uno de los motivos por los que resultan tan atractivos.
Luego estaría también la emoción que provoca ganar, que desata una euforia relacionada con el sentimiento de logro, cuyo reverso negativo sería la frustración que provoca la pérdida, y cómo esta afecta al estado de ánimo.
Aquí entra en liza el juego de las expectativas, ya que la esperanza por ganar puede alimentar falsas creencias, o por decirlo en lenguaje común, hacer construir castillos en el aire que luego se deshagan por un baño de realidad.
De ahí, la importancia del autocontrol y la madurez emocional, desempeñando en este sentido un papel básico la responsabilidad individual para tener una óptima experiencia de juego, por más que los operadores puedan proporcionar herramientas de juego responsable como los límites de depósito, el control del tiempo de juego o incluso, eventualmente, la posibilidad de autoexclusión.
Factores que explican el éxito de las apuestas entre los jóvenes
A la hora de dilucidar las causas del crecimiento de las apuestas habría que atender al contexto en el que vivimos, marcado por la preeminencia de los eventos deportivos y la eclosión tecnológica.
En primer lugar, deportes como el fútbol se han convertido en auténticos epicentros mediáticos, que va más allá de los medios tradicionales al amplificarse su repercusión por redes sociales, plataformas de streaming, etc. A ello, se une que la tecnología ha facilitado el acceso instantáneo a las plataformas de apuestas mediante aplicaciones móviles intuitivas y atractivas.
De este modo, confluyen una amplificación mediática que incluye canales de referencia para los nativos digitales con las facilidades tecnológicas para apostar, creándose así las condiciones ideales para que las apuestas puedan tener éxito entre los jóvenes.
Con todo, a este marco general favorecedor, cabría sumar la influencia del entorno, en edades en las que lo que hagan los amigos influye mucho, repercutiendo así las dinámicas de grupo a la hora realizar apuestas, algo que no sería tan extrapolable a usuarios de otros perfiles de edad.
Importancia del juego responsable en los jóvenes
Para que las apuestas supongan una forma de entretenimiento sin riesgos es muy importante establecer límites, de tiempo que se les dedica, de frecuencia con que se hacen y, muy especialmente, de lo que se gasta en ellas.
En este sentido, resulta esencial fijar un presupuesto y evitar gastar más de lo previsto, tanto por obvios motivos económicos como por la necesidad de acostumbrarse a marcase límites y no salirse de los mismos, un aspecto consustancial a la vida adulta, y extrapolable a ámbitos que van más allá de los financieros.
Es fundamental la mentalidad con la que se conciban las apuestas, ya que han de verse como una actividad lúdica, y no una fuente de ingresos, por más que lo puedan preconizar ciertos gurús que aducen experiencias particulares sospechosas, vendiendo 'humo' con pretendidas estrategias infalibles.
No tiene por qué ser negativo apostar episódicamente y de manera moderada, ya sea para tratar de poner en valor los conocimientos que se tienen sobre un determinado deporte o añadir un plus de emoción a los partidos del equipo favorito. El problema viene cuando se conciben las apuestas de forma incorrecta, aspirando a vivir de ellas, o simplemente se apuesta con más frecuencia o por más cantidades de las debidas.
De ahí, la importancia de marcarse límites que señalábamos, por la sencilla de razón de que si solo se aventuran cantidades pequeñas y asumibles estaríamos hablando de otro formato de ocio más, con su correspondiente peaje económico, como lo tiene ir al cine, salir a tomar algo, etc.
Estas serían las claves para abordar la relación de los jóvenes con las apuestas deportivas, en un contexto marcado por la eclosión de este sector en España, con un gran posicionamiento de Ceuta y Melilla en la industria. Además, en la misma confluyen tanto operadores nacionales como internacionales, con la correspondiente licencia, que resulta imprescindible, siendo este un aspecto sobre el que hay que concienciar a usuarios de cualquier perfil, no solo jóvenes, debido a que está en juego su ciberseguridad.
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