La lucha por las ardillas rojas: Cómo la Inteligencia Artificial ayuda en su conservación en el Reino Unido

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07/02/2025 - 18:00
IA que reconoce la ardilla roja para protegerla

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En el Reino Unido coexisten dos especies de ardillas con historias muy distintas. La ardilla roja (Sciurus vulgaris) es una especie autóctona que ha habitado el territorio durante milenios, mientras que la ardilla gris (Sciurus carolinensis) llegó desde América del Norte en el siglo XIX. Su introducción ha tenido un impacto devastador en la población de la primera, desplazándola de su hábitat y reduciendo drásticamente su número. Las cifras actuales reflejan esta problemática: según The Wildlife Trusts, existen aproximadamente 140.000 ardillas rojas en contraste con los 2,5 millones de grises, una diferencia que ha llevado a la especie nativa a una situación crítica.

Desafíos en la conservación de ardillas rojas

El problema central para los conservacionistas es que, a pesar de su nombre, las ardillas rojas no siempre tienen un pelaje rojizo, lo que dificulta su identificación. Esta variabilidad de color pone en jaque cualquier estrategia de conservación basada en la observación humana, ya que puede llevar a confusiones y errores. Ante este desafío, un equipo de expertos británicos ha desarrollado una innovadora herramienta de inteligencia artificial, llamada Squirrel Agent, capaz de diferenciar entre ambas especies con una precisión del 97 %. Se espera que esta tecnología sea clave en la lucha por la preservación de la ardilla roja.

Las ardillas rojas, además de ser un símbolo nacional, poseen características distintivas. Su cuerpo mide poco más de 20 centímetros y su cola, casi del mismo tamaño, les ayuda a equilibrarse mientras se desplazan entre los árboles. Aunque comparten hábitat con las ardillas grises, estas últimas tienen una ventaja competitiva: además de ser más grandes y robustas, portan el virus de la viruela de las ardillas.

Este patógeno, inofensivo para ellas, resulta letal para las ardillas rojas, acelerando su declive. Además, las ardillas grises afectan la ecología del bosque al consumir semillas y dañar la corteza de ciertos árboles fundamentales para la supervivencia de la especie autóctona.

En algunos lugares del Reino Unido, la situación ha llevado a implementar el control poblacional de las ardillas grises, ya que la única forma de garantizar la supervivencia de las rojas es en zonas donde la presencia de las invasoras es mínima o nula. Sin embargo, reconocerlas a simple vista no es sencillo, pues su coloración varía según la estación del año y el entorno. Pueden exhibir tonos que van del rojo al negro, y en verano su pelaje se vuelve más delgado y oscuro, lo que hace aún más complicado su reconocimiento. A diferencia del ojo humano, que se deja engañar por estas variaciones, un algoritmo bien entrenado puede identificar la especie con precisión basándose en múltiples factores como la forma de las orejas, la longitud de la cola y el tamaño del cuerpo.

La tecnología como aliada: Squirrel Agent

La inteligencia artificial ya ha demostrado su utilidad en numerosos ámbitos científicos, desde la predicción de estructuras proteicas con Alphafold hasta modelos de prevención de desastres naturales. Sin embargo, aplicar esta tecnología para identificar fauna en estado salvaje es un reto completamente distinto. Conscientes de ello, los ingenieros de Genesys Engine, en colaboración con conservacionistas, desarrollaron un algoritmo especializado en la detección de ardillas rojas.

Este avance fue posible gracias a un extenso entrenamiento del modelo con miles de imágenes y videos capturados en diversos entornos y condiciones. Según Emma McClenaghan, fundadora de Genesys Engine, la clave del éxito radica en la capacidad de la inteligencia artificial para analizar diferentes características simultáneamente. "En lugar de depender de un único rasgo distintivo, el sistema evalúa varias opciones en paralelo, asegurando un resultado fiable y preciso", explicó en una entrevista con National Geographic España.

El algoritmo trabaja a partir de un enfoque modular, dividiendo la tarea en microprocesos que examinan diferentes marcadores anatómicos y de comportamiento de las ardillas. Este nivel de detalle le permite operar con una eficiencia imposible para el ojo humano, incluso cuando el color del pelaje es similar al de otras especies. Gracias a este desarrollo, los conservacionistas pueden identificar con mayor rapidez y precisión las poblaciones de ardillas rojas y aplicar medidas efectivas para su preservación.

Beneficios de la IA en la conservación

El uso de inteligencia artificial en la conservación de la fauna demuestra que la tecnología no solo transforma nuestra forma de ver el mundo, sino que también se convierte en una herramienta clave para resolver problemas ecológicos. La amenaza sobre las ardillas rojas es solo un ejemplo de los muchos desafíos que enfrenta la biodiversidad. Sin embargo, con iniciativas como Squirrel Agent, el camino hacia la protección de especies vulnerables se vuelve más claro y esperanzador.

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