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El número de armas por cada 100 personas asciende a 120 en EEUU. Así lo recoge 'The Small Arms Survey', una cifra muy superior a la registrada en la Unión Europea (UE), donde no se alcanzan las 15 armas por cada centenar de habitantes.
Los tiroteos masivos del pasado fin de semana en El Paso (Texas) y Dayton (Ohio), que se saldaron con un total de 31 víctimas mortales, avivan de nuevo el debate entre líderes políticos por una reforma del control y uso de armas en EEUU.
Cada día 309 personas son heridas con armas de fuego en EEUU
Después de una matanza, EEUU se sumerge en una rueda que gira siempre sobre un eterno debate. Algunos sectores de la sociedad piden restringir la venta de armas. Mientras, otros -encabezados por la Asociación Nacional del Rifle (NRA)- ven su derecho amenazado y arremeten contra cualquier intento de limitarlo.
Para el presidente de EEUU, Donald Trump, el problema no es la capacidad de sus conciudadanos para comprar armas diseñadas para la guerra; el problema son los desequilibrios mentales de "unos monstruos".
Hasta ahora, la Administración Trump ha hecho dos propuestas: la aprobación de leyes estatales que permitan a un juez prohibir la posesión de armas a personas con enfermedades mentales; y la imposición de la pena de muerte para aquellos que cometen crímenes de odio o tiroteos masivos.
La proporción de armas de uso no militar en EEUU es más elevada que en otras regiones del mundo
Esa última propuesta de Tump se produce justo cuando las autoridades de El Paso investigan si el tiroteo puede ser considerado "un crimen de odio".
El autor del tiroteo en El Paso, Patrick Crusius, supuestamente publicó en Internet un manifiesto racista en el que aseguraba que su ataque, que ha dejado 22 muertos, era una "respuesta a la invasión hispana de Texas", estado fronterizo con México.
El documento utiliza el lenguaje que el mandatario Donald Trump ha empleado en varias ocasiones para referirse a la comunidad hispana, especialmente en sus discursos de campaña. El presidente ha llamado "animales" a los inmigrantes. Además, ha afirmado que la inmigración procedente de Latinoamérica es una "invasión" contra EEUU.
Líderes demócratas aseguran que el discurso de Trump promueve ideologías radicales
Gran parte de la veintena de candidatos demócratas a las elecciones de 2020 echan la culpa del tiroteo a Trump. Le han acusado de estar promoviendo el racismo. Incluso, en un comunicado, el expresidente Barack Obama instó a los estadounidenses a "rechazar por completo el lenguaje que sale de la boca de cualquier líder que alimente un clima de miedo y odio o normalice sentimientos racistas".
A lo que Trump se dio por aludido y respondió con una cita del presentador Brian Kilmeade de la cadena conservadora Fox: "El presidente Obama tuvo 32 tiroteos masivos durante su mandato. No mucha gente dijo que Obama estuviera fuera de control".
Entretanto, miembros del Gobierno de Trump, aprovecharon para solicitar más recursos para combatir el terrorismo doméstico. La Asociación de Agentes del FBI se hizo eco de esas peticiones y consideró que el Congreso debe tomar medidas para que los delitos que comenten los nacionalistas y supremacistas blancos dentro de EEUU sean considerados igual de graves que aquellos que perpetran los yihadistas en el extranjero.
De esa forma, EEUU ha vuelto a sustituir el debate sobre el control de armas por discusiones en torno al terrorismo doméstico o la posesión de pistolas por parte de quienes sufren enfermedades mentales.
Los cambios siguen moviéndose exclusivamente a nivel estatal
El gobernador de Ohio, el republicano Mike DeWine, anunció que impulsará una ley que permitirá que las autoridades arrebaten las armas a aquellas personas que sean consideradas por un juez como un potencial peligro.
A nivel federal, el Congreso lleva más de dos décadas sin aprobar una ley que limite significativamente la posesión de armas.
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