La Atención Primaria vuelve a retomar su ciclo normal

La Atención Primaria se ha visto golpeada por la pandemia al limitarse mucho las visitas presenciales que daban la oportunidad de hacer un seguimiento del estado de sus pacientes.

Muchos de ellos han visto cómo su salud iba deteriorándose al no poder acudir a su centro, sobre todo los pacientes diabéticos, ya que no se han podido mover y han comido más. Pero en general, los registros muestran los problemas que pueden avecinarse.

Los casos de COVID-19 se atendieron en los centros de salud, que combinaban la atención a la pandemia con el seguimiento telefónico de enfermos crónicos y las urgencias.

La Atención Primaria parece que va retomando su normalidad, pero todos los pacientes amontonados, ahora alargan aún más las listas

Ahora se está intentado retomar cierta normalidad para recuperar las consultas presenciales que se retrasaron, ya fuera por el miedo del paciente o por retrasos debidos a la crisis sanitaria.

Desde el Ministerio de Sanidad alertan que a pesar de haber mantenido abiertos los programas de vacunas para que los menos de 15 meses continuasen el calendario habitual, también hay retrasos en la administración de las inmunizaciones de los más pequeños.

Ya se empieza a notar el ir y venir de pacientes de manera discreta en los centros de salud, pero la asistencia telemática sigue predominando, así se evitan aglomeraciones en las salas de espera.

Pero Salvador Trache, presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), apunta que el problema viene cuando llegan las patologías agudas.

"A los pacientes crónicos les hemos dado mucho soporte estos meses, aunque seguro que se nos habrán quedado flecos sin cubrir. Pero lo que me sorprende es que personas con una patología aguda, por su propia decisión de no venir antes, lleguen ahora con una situación clínica complicada: alguien con dolor de pecho que no vino hasta ahora y te encuentras con un infarto", destacaba Trache.

Por su parte, la Sociedad Española de Cardiología ha visto una reducción del 40% de los infartos durante el estado de alarma. Por otro lado, los problemas de salud mental comienzan a dejarse notar.

Y es que las rutinas son muy importantes para mantener los equilibrios mentales, y la llegada de la pandemia lo desequilibró todo.

El parón de la actividad en los hospitales y centros de salud, pinta un futuro con listas de espera más lardas, y la atención primaria ya lo está empezando a notar.

"Son constantes las preguntas sobre qué pasa con algunas pruebas y muchos pacientes se ponen nerviosos", relataba Eduardo Díaz, portavoz del sindicato médico madrileño Amyts.

Hay pacientes que esperan su operación desde antes de la pandemia a base de calmantes

El Ministerio de Sanidad cifró en 705.000 las personas en espera para operarse en diciembre de 2019, los registros señalaban 121 días de media de espera antes de la pandemia. Ahora las demoras se alargarán.

"Tengo una paciente pendiente de una punción de tiroides para saber si es un tumor o un nódulo. Otro con piedras en el riñón que aguanta con calmantes para operarse. Hay gente en casa angustiada esperando una prueba" informaba Mari Luz Talavera, enfermera y portavoz del Foro Catalán de Atención Primaria (Focap)

Está claro que las consultas por teléfono han demostrado ser resolutivas para cuestiones más burocráticas o banales, pero ahora, están dejando ver sus inconvenientes.

Pues hay casos que necesitan de exploración, y es mucho más complicado determinar un diagnóstico certero sin ver la cara del paciente.

Ahora la Atención Primaria se enfrenta a nuevos retos: detectar y seguir los casos de coronavirus, recuperar el seguimiento habitual de sus pacientes crónicos, estar pendientes de las residencias de ancianos y asumir los efectos de las listas de espera.