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Según un informe publicado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) se indica que la situación es "muy preocupante" porque las personas que viven con estas enfermedades, por lo general crónicas, son además las que tienen "mayor riesgo de sufrir enfermedades graves relacionadas con la COVID-19 y de morir" si se contagian.
"Los resultados de este estudio confirman lo que hemos estado escuchando de los países desde hace varias semanas", explica la OMS. "Muchas personas que necesitan tratamiento para enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes no han recibido los servicios de salud y los medicamentos que necesitan desde que comenzó la pandemia", añade la OMS en un comunicado difundido este lunes y traducido por Europa Press.
En la rueda de prensa celebrada desde Ginebra, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha pedido a los países un enfoque "inclusivo" de sus servicios sanitarios para atender a estos pacientes a la vez que hacen frente a la epidemia.
Y es que, más de la mitad (53%) de los países estudiados han interrumpido parcial o totalmente los servicios de tratamiento de la hipertensión; el 49% los de la diabetes y las complicaciones relacionadas con la diabetes; el 42% los de tratamiento del cáncer, y el 31% los de emergencias cardiovasculares. Además, los servicios de rehabilitación se han interrumpido en casi dos tercios (63%) de los países.
¿Qué sucede con el acceso a los tratamientos en España?
La pasada semana Doña Letizia celebró una reunión online con cinco representantes de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe) que trasladaron a doña Letizia los efectos de la pandemia sobre este colectivo.
Participaron en la conversación el presidente de la entidad, Anxo Queiruga; el vicepresidente; Daniel Gallego; los secretarios, Daniel-Aníbal García Diego y Eva Pérez Bech y la directora gerente Elena Antelo, según informaron fuentes de La Zarzuela.
Los portavoces explicaron a la Reina sobre el estado y la situación de las personas con discapacidad orgánica y/o enfermedades crónicas que han visto paralizados sus tratamientos, muchos de ellos prestados en centros hospitalarios, por evitar contagios lo que supone un riesgo para su situación médica de base.
Por otra parte, resaltaron que los centros residenciales sí han permanecido abiertos, así como la mayoría de servicios de ayuda en el hogar y asistencia personal, pero se han suspendido las actividades de centro de día y otros servicios sociales especializados como atención temprana, fisioterapia, rehabilitación y recuperación funcional, logopedia, terapia ocupacional y todos aquellos que requieren de una atención de proximidad.
El impacto del coronavirus en estos colectivos
En la reunión la Reina fue informada sobre el duro golpe que esta pandemia está suponiendo para los enfermos crónicos y sus familias.
Sólo dentro del colectivo de pacientes renales se han infectado en torno a 1.700 personas, falleciendo en este período más de 400.
Los representantes de Cocemfe destacaron que los primeros momentos de la crisis fueron especialmente duros, debido a la inexistencia de material de protección, desinformación, situaciones de baja por parte de la plantilla e imposibilidad de cubrirlas y cierto abandono por parte de las administraciones, en lo que se refiere a usuarios/as y plantillas de centros residenciales especialmente.
Esta situación, destacaron, ha supuesto un gran esfuerzo tanto económico, como por parte de los profesionales que han duplicado esfuerzos por continuar con la labor de las organizaciones, teniendo que hacer frente por parte de Cocemfe a compras centralizadas de materiales para hacer frente al coronavirus y distribuirlo a todas las entidades de la confederación, por todo el territorio nacional.
La mirada desde la Plataforma de organizaciones de Pacientes (POP)
María Gálvez es la directora de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP). La directora explicó a EFE que, los enfermos crónicos tienen ahora mismo una doble preocupación, “por un lado, no contagiarse del coronavirus y, por otro, no empeorar de su enfermedad principal. Esto les está generando muchísimo miedo y tiene un gran impacto en su salud mental y emocional”. Hemos vivido semanas de confusión, “sobre todo al inicio de la pandemia”, señala Gálvez, “por la confusión que genera el exceso de información y los bulos de salud que han circulado por las redes, como apunta la directora de la POP”.
Riesgos laborales y COVID-19
La POP realiza un podcast que se puede descargar desde su plataforma. En el último episodio, analizan con expertos la actualización del protocolo de actuación del Ministerio de Sanidad, dirigido a los servicios de prevención de riesgos laborales frente a la exposición al COVID-19,
Durante el diálogo, Gálvez, aseguró que “en el nuevo documento, se han incluido tres patologías para considerar al trabajador especialmente sensible frente a la Covid-19: la insuficiencia renal crónica, la enfermedad hepática crónica severa y la obesidad mórbida”.
“Dos de estas patologías se habían eliminado sin ninguna explicación, dejando fuera a personas de riesgo y, desde la POP, habíamos reclamado que se volvieran a incluir por lo que nos alegramos de que, finalmente, haya sido así”, explicó la directora.
Durante la conversación, uno de los interlocutores fue el presidente de la Sociedad Española de medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Salvador Tranche, aseguró que la mayor parte de las bajas se están dando en “pacientes con enfermedad crónica que están descompensados o, por otro lado, en pacientes que están compensados, pero con riesgo elevado, por ejemplo, aquellos que están recibiendo tratamiento inmunosupresor, o contra el cáncer o quienes por su propia condición son autoinmunes”, indicó aportando algunos ejemplos. “En esos casos, el riesgo es muy elevado y es conveniente darles una incapacidad temporal”, finalizó.
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