Lectura fácil
Dacca, 27 dic (EFE).- Después de una década de gobierno de la actual primera ministra, Sheikh Hasina, Bangladesh se encamina a una nueva era llena de desafíos con respecto al desarrollo económico, el alivio de la pobreza y la reducción de la desigualdad.
La frágil economía bangladesí, basada en la ganadería, la agricultura y la industria textil, ha conseguido triplicar en la última década su Producto Interior Bruto (PIB), que en 2017 alcanzó los 249.724 millones de dólares, lo que es leído por los expertos como una estabilización de uno de los países menos desarrollados del mundo.
Sin embargo, más de una quinta parte de los 163 millones de habitantes de Bangladesh todavía vive en el umbral de la miseria, con un sustento de un dólar diario, y otros 35 millones están luchando para superar la franja de la pobreza.
"Si revisamos el periodo 2009 a 2018, en la última década ha habido avances tangibles (...) pero sigue habiendo muchos desafíos que el próximo gobierno deberá enfrentar y también muchos asuntos inconclusos", dijo a Efe el profesor Mustafizur Rahman, investigador del Centro de Concertación Política (CPD).
Rahman valora los logros de Hasina en materia de seguridad alimentaria, seguridad energética, la mejora de la infraestructura, la estabilidad macroeconómica y del tipo de cambio, y las reservas sólidas.
Al mismo tiempo alerta de que el futuro de este crecimiento esta sujeto a la estabilidad política de la nación, y en este sentido subraya la necesidad de una coexistencia política en el país como prueba de una auténtica democracia.
Hasina ha conseguido hasta ahora dos mandatos continuos: el primero con una victoria aplastante en 2008, y el segundo con una victoria fácil en 2014, después de que la mayoría de los opositores boicotearan las elecciones retirándose de la contienda.
En esta nueva liza, la oposición ha denunciado la indiscriminada represión y la persecución de partidarios y líderes por parte del Gobierno, despertando la preocupación de los economistas que advierten que la agitación podría llevar al país de nuevo a una inestabilidad.
"El tipo de nación que necesitamos es una nación más incluyente que excluyente, creo que aquí es donde el Gobierno podría haberlo hecho mejor", dijo Rahman.
Por ello, es positivo que en estas elecciones estén participando los principales partidos, a diferencia de 2014, pero sobretodo "el Gobierno tiene la obligación de garantizar que exista una sociedad principalmente incluyente porque la creciente tensión puede socavar el futuro crecimiento de Bangladesh", agregó.
A juicio de Zahid Hussain, economista principal del Banco Mundial (BM) en Bangladesh, el próximo gobierno debe además regular el sector bancario del país, que se mantuvo luchando en los dos últimos mandatos de Hasina con escasez de capital y el aumento de la morosidad.
"El porcentaje de créditos moroso es de casi el 10 %, por lo que el cumplimiento debe estar garantizado y la voluntad política era necesaria para esto", dijo.
Para Hussain "quienquiera que llegue al poder, debe enfrentar varios desafíos inmediatos (...), terminar con los megaproyectos de urbanidad, carreteras, energía, todos son necesarios para la economía nacional", dijo.
También es cierto que quien asuma las riendas de la nación asiática se topará con uno de los mejores escenarios económicos que ha tenido Bangladesh desde su independencia.
Los datos de la Oficina de Estadísticas de Bangladesh mostraron que el país ha podido acelerar su tasa de crecimiento anual del PIB en un punto porcentual cada diez años desde la década de 1980, hasta alcanzar el 7,6 % en 2018.
De ser un país predominantemente receptor de ayuda, Bangladesh ha comenzado a explorar la arena comercial, ya que la proporción de ayuda en el PIB bajó de alrededor del 8 % en la década de 1990 a alrededor del 2 % en los últimos años.
El fortalecimiento del país en el mercado global se ha manifestado en el surgimiento de un sector altamente competitivo orientado a la exportación, generando un aumento significativo de empleos en el sector de las manufacturas, en el que cerca de dos tercios de la fuerza laboral son mujeres.
La exportación de bienes y las remesas han alcanzado ingresos de aproximadamente 52.000 millones de dólares en 2018.
De esta manera, para muchos la última década ha desafiado los vaticinios de la década de 1970, cuando en "Bangladesh: el caso de prueba para el desarrollo", uno de los primeros libros de la recién nacida nación, los expertos apuntaban que si el desarrollo económico fuera posible en un país con tantas dificultades como este, sería posible en cualquier otro.
Añadir nuevo comentario