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Bankia obtuvo un beneficio neto de 541 millones de euros durante el pasado ejercicio. Esto supone un descenso interanual del 23% por menor generación de resultados con la venta de carteras de renta fija y un refuerzo en las provisiones asociadas a la desinversión acelerada de activos dudosos.
El resultado core o puramente bancario subió, sin embargo, un 3,5% y alcanzó los 1.287 millones “tras estabilizar los ingresos recurrentes y reducir los gastos” más de lo previsto, según explicó este martes el banco a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, subrayó que dicho beneficio core, “que es el que mide de forma más clara la evolución del negocio bancario”, se aceleró además en la parte final del año y creció un 12% interanual en el cuarto trimestre como colofón de un 2019 que ha sido "el mejor año en términos comerciales desde la creación de Bankia”.
Bankia rebase el 13% en ratio de solvencia
El pulso comercial reportó a la entidad ganancias en cuota de mercado, sobre todo, en los negocios considerados clave o de mayor valor, a la vez que la generación de resultados permitió a Bankia rebasar por vez primera el 13% en ratio de solvencia, convirtiéndose así en la mayor hucha de capital entre las entidades competidoras.
Su compromiso con el mercado era repartir entre accionistas el capital excedentario generado por encima del umbral del 12% y, por eso, el banco desveló que abonará el mismo dividendo de 355 millones pagado en 2018, a pesar del descenso acusado en la cuenta.
Por lo que respecta a la evolución del negocio, la cartera de crédito sano o no dudoso aumentó un 0,2%, con expansiones del 12,5% en el stock de financiación al consumo y del 9% en los préstamos a empresas. Su cuota de mercado en ambos negocios se situaba en noviembre en el 5,88% y 7,75%, respectivamente, tras arañar 30 puntos y 33 puntos básicos en la tarta de negocio bancario a la competencia.
“Nuestros clientes nos están solicitando más financiación, principalmente en los segmentos de empresas y crédito al consumo, que están ganando mucho peso en nuestro balance y dando lugar a que nuestra cartera de crédito sea cada vez más equilibrada, en línea con el objetivo del plan”, explicó a su vez el consejero delegado, José Sevilla.
Su foco en empresas y consumo ha hecho, en concreto, que el peso de las hipotecas sobre el conjunto de la cartera financiada haya pasado del 66,2% del total en 2017 al 60,8% en 2019, mientras subió del 30% al 34,2% la contribución del préstamo a compañías y del 3,8% al 5% en consumo.
Bankia capta 240.000 clientes nuevos
"En estos dos primeros años de nuestro plan hemos incrementado nuestra base de clientes en 243.000 personas y hemos aumentado en 190.000 el número de las que tienen sus ingresos domiciliados con nosotros”, añadió Sevilla en alusión al plan estratégico 2018-2020.
Por la parte de gestión de recursos, el banco lideró las captaciones netas de fondos de inversión, con 1.543 millones de euros o un 74% más que el año anterior, y elevó un 16,8% los activos gestionados y comercializados.
En seguros, las primas de nueva producción crecieron un 26,2%. En planes de pensiones un 5,9% y en tarjetas la facturación en comercios subió un 14,7%, mientras que el número de tarjetas de crédito emitidas lo hizo un 8,6%.
Gracias al empuje de la actividad comercial, Bankia casi logró estabilizar el margen de intereses, que se situó en 2.023 millones y limitó su descenso al 1,3% pese al actual escenario de tipos de interés a ras del suelo. En el cuarto trimestre estanco logró, incluso, subirlo un 0,2% sobre el trimestre previo.
Integración de BMN
El margen bruto cedió a su vez un 3,6%, mientras que los gastos de explotación se redujeron un 2,9% con la generación de unas sinergias de 220 millones fruto de la integración con BMN y superiores a los 155 millones previstos inicialmente.
Los ingresos por comisiones repuntaron a su vez un 1,5% y sumaron 1.081 millones gracias a la buena evolución interanual de los ingresos en medios de pago (+9,9%) y en activos bajo gestión (+4,7%). Por su parte, el margen bruto de clientes subió un 1,64%, mejorando el 1,58% contabilizado el año anterior, y la ratio de eficiencia se situó en el 56% en el ejercicio.
En cuanto a la calidad del balance, la entidad destinó 673 millones a provisiones y otros resultados por los saneamientos realizados para acelerar la venta de carteras de crédito dañados y activos adjudicados.
El banco disminuyó, de hecho, el volumen de activos improductivos netos (créditos dudosos y activos adjudicados) en 2.500 millones o en un 23,2%, de forma que su exposición al cierre del año ascendía a 8.350 millones brutos. Un esfuerzo que le ha permitido bajar la tasa de morosidad al 5%, frente al 6,5% de la que partía al arrancar el ejercicio.
Retorno parcial de las ayudas a la banca
“Hemos realizado un importante esfuerzo en la reducción de los activos improductivos, que se han reducido en 8.400 millones de euros en sólo dos años”, con lo que la tasa de activos improductivos “se ha reducido hasta el 3,3%, muy próxima al 3% anunciado para final de 2020", subrayó Sevilla.
En solvencia, su ratio de máxima calidad CET1 fully loaded (incluyendo plusvalías soberanas latentes a valor razonable) alcanzó el 13,02%, lo que supone 63 puntos básicos más que un año antes y es el más alto de la banca española.
Según Bankia, el exceso de capital acumulado sobre el 12% asciende a 795 millones de euros. Con esta hucha, su consejo de administración prevé proponer en junta distribuir 355 millones de euros en dividendos, a razón de los mismos 11,576 céntimos por título que abonó el pasado año.
Cuando complete su pago, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) habrá recuperado más de 3.300 millones de euros de las ayudas públicas inyectadas en el grupo: 2.122 millones por las dos ventas de paquetes de acciones de Bankia efectuadas en el pasado y otros 1.181 millones por los dividendos pagados por el banco desde julio de 2015.
El importe previsto equivale a un 6,1% de rentabilidad por dividendo calculado sobre la cotización de cierre de 2019, y supondrá elevar al 65% el reparto de beneficios entre los accionistas o el 'pay-out'.
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