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Boeing negocia varios contratos de venta de su avión estrella, el 737 MAX, después del suscrito el martes de 200 unidades para el grupo IAG, pese a la crisis abierta por los dos accidentes que llevó a las autoridades aéreas internacionales en marzo pasado a prohibir que vuele.
Una situación de crisis tras dos accidentes
"Estamos discutiendo con otros clientes", explicó el vicepresidente de ventas y mercadotecnia del fabricante estadounidense, Ihssane Mounir, en su conferencia de prensa de balance del Salón Aeronáutico de Le Bourget, al norte de París.
Mounir no precisó cuántos ni quiénes son los potenciales clientes de este avión de pasillo único y se limitó a insistir en que este tipo de acuerdos son el resultado de un proceso a largo plazo, al margen de acontecimientos coyunturales.
Tampoco aclaró si las conversaciones con IAG (la casa matriz de British Airways e Iberia) se habían iniciado antes o después de que se obligara a suspender todos los vuelos comerciales del 737 MAX en marzo.
El anuncio de esa carta de intenciones de IAG el martes supuso un soplo de aire fresco y de confianza para Boeing, que dijo que el valor de esos 200 aparatos a precio de catálogo sería de unos 24.000 millones de dólares (21.400 millones de euros). La aerolínea británico-española afirmó, por su parte, que había obtenido "un descuento sustancial".
"Un momento muy difícil"
Boeing ha entregado hasta ahora 387 unidades de su 737 MAX, para el que ha recibido más de 5.000 encargos. Mounir reconoció que Boeing está atravesando "un momento muy difícil" por este modelo, después de sendos accidentes en el mar de Java en octubre de 2018 y en Etiopía en marzo de este año, que causaron en total 346 muertos.
Afirmó que su empresa está "trabajando duro para restablecer la confianza" y que está centrada en que el 737 MAX pueda volver a operar de forma segura en un plazo que no depende del fabricante estadounidense, sino de las autoridades de regulación.
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