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El calentamiento y calor extremo y las condiciones climáticas adversas de 2023, como incendios forestales y sequías, han afectado gravemente la capacidad de los ecosistemas terrestres para absorber carbono.
Un estudio reciente, respaldado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y presentado en la COP29 en Bakú, revela que la retención de CO₂ por la tierra alcanzó mínimos de dos décadas, exacerbando los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y acelerando el cambio climático con varios episodios de calor inusual.
Las mediciones de Mauna Loa, Hawái, mostraron un aumento de las concentraciones de CO₂ del 86 % en comparación con el año anterior, un máximo histórico desde que comenzaron los registros en 1958. Aunque las emisiones de combustibles fósiles aumentaron solo un 0,6 %, la disminución de la absorción de carbono terrestre contribuyó significativamente a este incremento.
La influencia de los fenómenos extremos y de El Niño
Según el estudio publicado en National Science Review, eventos climáticos extremos como incendios y sequías fueron responsables de aproximadamente un 30 % de la disminución de la capacidad de absorción de CO₂.
Esto se evidenció especialmente en Canadá, donde los incendios forestales alcanzaron niveles críticos, y en la Amazonía, que experimentó sequías severas con calor extremo.
Estas situaciones resultaron en una pérdida masiva de vegetación, debilitando los sumideros de carbono naturales. A esto se suma el fenómeno de El Niño, que tiende a reducir la absorción de carbono en regiones tropicales. Así, las emisiones derivadas de estos incendios y sequías fueron comparables a las emisiones anuales de combustibles fósiles de toda América del Norte.
La amenaza a largo plazo para los sumideros de carbono
La Amazonía, uno de los sumideros de carbono más importantes del mundo, muestra señales de estrés significativo y, en ciertas áreas, ha comenzado a emitir carbono en lugar de absorberlo. Los expertos sugieren que la capacidad de la Tierra para compensar las emisiones humanas de CO₂ puede estar llegando a sus límites, lo que requiere reducciones de emisiones más ambiciosas.
Este estudio, respaldado por el proyecto Science for Society Near-Realtime Carbon Extremes de la ESA, destaca que los modelos climáticos actuales podrían estar subestimando el impacto de eventos extremos en los reservorios de carbono provocando un aumento de las temperaturas y calor extremo.
La ESA subraya la importancia de la observación satelital para evaluar rápidamente estos cambios y sugiere que, de no lograrse mayores reducciones de emisiones, será difícil limitar el calentamiento global a 1,5 °C, como estipula el Acuerdo de París.
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