La Fundación Juegaterapia lanza el Superpañuelo Antifaz para dar fuerza a los niños con cáncer tras la pérdida de cabello

La Fundación Juegaterapia lanza el Superpañuelo Antifaz, un proyecto solidario para apoyar a los niños con cáncer que pierden el pelo durante su tratamiento. Este pañuelo, que incluye un antifaz, permite a los niños sentirse como superhéroes. Los fondos recaudados ayudarán a la Fundación a seguir desarrollando proyectos en oncología infantil.

La Fundación Juegaterapia lanza el Superpañuelo Antifaz para apoyar a los niños con cáncer

La Fundación Juegaterapia lanza el Superpañuelo Antifaz, un proyecto solidario diseñado para apoyar y empoderar a los niños con cáncer que pierden el pelo durante el tratamiento. Este pañuelo con antifaz integrado permite que los niños se sientan como superhéroes, brindándoles confianza y alegría. Todos los fondos recaudados ayudarán a la Fundación a seguir desarrollando iniciativas en oncología infantil.

Para presentarlo, la Fundación Juegaterapia ha lanzado un spot protagonizado por María, una niña en tratamiento que vuelve a jugar al fútbol, su pasión. Gracias a su actitud positiva y al Superpañuelo Antifaz, María enfrenta sus inseguridades y temores con valentía.

Para otros niños, perder el pelo fue un desafío, como cuenta Dani, otro protagonista del spot: "Verme sin pelo fue duro. A mis 10 años, pensar que no tendría cabello era desagradable. Cuando llegó el momento de raparme, no quería que nadie me viera; me daba vergüenza".

Vicky, la mamá de Alonso, otro niño con cáncer, comparte: "Cuando a mi hijo se le cayó el pelo, se sintió mal y preocupado por lo que pensarían los demás. Pero pronto comprendió que la caída del pelo significaba que el tratamiento estaba funcionando, y eso era positivo".

Una sensación de seguridad llena de aventuras para los niños

Según Elena Morán, especialista en Neurodesarrollo y Oncología Pediátrica en Fundación Juegaterapia, el Superpañuelo Antifaz va más allá de ser simplemente un accesorio para cubrir la cabeza de los niños que han perdido su cabello debido al tratamiento contra el cáncer. 

Con un diseño ingenioso, este pañuelo no solo proporciona una sensación de seguridad al niño, sino que también lo sumerge en un mundo de fantasía y aventuras durante su época de cáncer. Estimula su imaginación y lo anima a abrazar su singularidad, transformando su limitación en una oportunidad para el juego y la creatividad.

Para estos niños, sus familiares y expertos, el Superpañuelo Antifaz es mucho más que un juguete o un simple disfraz. Es un símbolo de solidaridad y apoyo que todos los niños pueden usar. Para comprender mejor este proyecto, la Fundación Juegaterapia ha creado un espacio en línea en el sitio web 'www.elsuperpoderdeayudar.org', donde se explica en detalle en qué consiste el proyecto y cómo adquirirlo.

¿De dónde procede la Fundación Juegaterapia?

La historia de la Fundación Juegaterapia se remonta a la primavera de 2010, cuando su fundadora, Mónica Esteban, entregó una Play Station a un niño en tratamiento de quimioterapia en el hospital durante su cáncer. Presenció cómo su rostro se iluminaba con una sonrisa frente a la consola.

Desde entonces, Juegaterapia recibe donaciones diarias de consolas, tablets y videojuegos de empresas y particulares, que luego son entregados a áreas pediátricas de hospitales. Cada equipo lleva una etiqueta con los datos del donante, permitiendo que los niños expresen su gratitud.

La colaboración de partners como ENVIALIA facilita enormemente esta labor al ofrecer el transporte gratuito de donaciones desde cualquier punto de España hasta el almacén de la fundación. En Juegaterapia, comprenden el valor de los espacios en los hospitales y han transformado las azoteas grises y subutilizadas en hermosos Jardines.

Asimismo, han construido estos espacios en hospitales como La Paz, 12 de Octubre, La Fe de Valencia, y el Gregorio Marañón de Madrid, recaudando fondos para crear uno más en el Hospital Materno Infantil de Málaga. Su objetivo es seguir construyendo en más hospitales hasta que todos los niños ingresados puedan jugar, ya sea frente a una pantalla o bajo el sol.