José Antonio, con cáncer terminal y en huelga de hambre por su invalidez: "Me estoy quedando sin vida”

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02/09/2024 - 08:03
José Antonio Marqués, enfermo de un cáncer terminal.

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José Antonio Marqués, residente en la localidad leonesa de Fabero, ha comenzado una huelga de hambre para presionar a las autoridades y conseguir el reconocimiento de la gran invalidez que considera que le corresponde.

A sus 65 años, Marqués enfrenta una serie de graves problemas de salud, entre los que se destaca un cáncer terminal de próstata. Esta enfermedad terminal ha deteriorado gravemente su calidad de vida, dejándole en una situación de extrema vulnerabilidad. La huelga de hambre, iniciada el 13 de agosto, refleja su desesperación por obtener un reconocimiento que le permitiría una mejora significativa en su pensión.

Problemas de salud y situación económica

José Antonio Marqués tiene una serie de enfermedades que limitan severamente su capacidad para llevar una vida normal. El cáncer terminal de próstata, que se le diagnosticó hace un año, es la enfermedad más grave, y su tratamiento se ha limitado a inyecciones de Decapeptyl cada seis meses.

Estos tratamientos no solo son insuficientes, sino que además le causan efectos secundarios severos, como sudores nocturnos intensos y mareos que le obligan a descansar frecuentemente. Además del cáncer terminal, Marqués padece de arteriopatía crónica y espondiloartrosis, que le causan dolor y dificultades de movilidad, requiriendo el uso de muletas para desplazarse.

A pesar de tener 27 años de cotización, José Antonio se enfrenta a la negativa de la gran invalidez debido a un requisito específico: debe haber cotizado al menos tres de los últimos diez años antes de la solicitud.

Marqués dejó de trabajar en 2009 debido a la crisis económica, lo que le impide cumplir este criterio. En la actualidad, recibe una pensión de invalidez del 33 %, que equivale a 801 euros al mes, además de un complemento de 40 euros por tener una esposa no trabajadora y dos hijos. Si se le concediera la gran invalidez, su pensión podría aumentar hasta 1.550 euros, una cantidad que consideraría adecuada dada su situación crítica.

La huelga de hambre y la respuesta de las autoridades

La huelga de hambre de José Antonio ha sido un acto extremo para atraer la atención sobre su caso. En un principio, intentó realizar la protesta en la planta baja del Ayuntamiento para asegurar una mayor visibilidad, pero esta opción le fue denegada por razones de seguridad. En su lugar, permanece en el Ayuntamiento durante las horas de oficina, de ocho de la mañana a dos de la tarde, recibiendo ayuda de los trabajadores municipales que le abastecen de agua y le proporcionan transporte hacia y desde su casa. Su médico y enfermera de confianza, Ana, le apoya en su lucha, proporcionando atención médica y psicológica.

El caso de Marqués pone en evidencia los retos burocráticos que enfrentan muchos individuos con enfermedades graves al intentar acceder a las ayudas sociales. La negativa a reconocer la gran invalidez no solo afecta su situación económica, sino que también subraya la necesidad de reformas en el sistema de pensiones para que refleje de manera más justa las circunstancias de aquellos con cáncer terminal.

La huelga de hambre de Marqués es una llamada de atención sobre la urgencia de revisar y adaptar las políticas de reconocimiento de invalidez para garantizar que las personas en situaciones similares reciban el apoyo que necesitan para vivir con dignidad.

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