Reducir la producción de carne en países ricos ahorraría el equivalente a tres años de emisiones de CO₂

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08/12/2024 - 08:30
Filete carne

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Una pequeña reducción en la producción de carne de vacuno en países ricos podría tener efectos positivos en la mitigación del cambio climático. De acuerdo con un estudio reciente publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, disminuir el ganado en tierras de pastoreo en países desarrollados permitiría la regeneración natural de bosques, lo cual podría secuestrar dióxido de carbono y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero equivalentes a tres años de las emisiones globales de combustibles fósiles. Esto significa que una disminución moderada en el consumo de carne en países ricos, sin necesidad de una reducción drástica, podría eliminar hasta 125.000 millones de toneladas de CO₂ de la atmósfera.

Beneficios del secuestro de carbono en bosques regenerados

El estudio destaca que al retirar el ganado de áreas con alto potencial de regeneración forestal, como ciertos pastizales en países de ingresos altos y medios, estos ecosistemas pueden revertir a su estado original. Este retorno a un entorno forestal permite que los árboles y el suelo capturen grandes cantidades de carbono. A diferencia de regiones como África subsahariana y partes de Sudamérica, donde el pastoreo es más productivo y eficiente por hectárea debido a las condiciones climáticas, algunas áreas en los países del norte se beneficiarían enormemente de la restauración de bosques.

En palabras del autor principal del estudio, Matthew N. Hayek, de la Universidad de Nueva York, la estrategia implica identificar zonas donde el carbono puede secuestrarse de manera más efectiva y donde los cambios en el suministro alimentario son mínimos. Este enfoque personalizado ayuda a minimizar las pérdidas en producción y a maximizar los beneficios ambientales.

Un enfoque estratégico en la reducción de la producción de carne

El estudio también sugiere que reducir el pastoreo en algunas áreas sin eliminarlo por completo es clave para alcanzar un equilibrio entre la producción de alimentos y los beneficios climáticos. La eliminación del ganado en zonas potencialmente forestadas a nivel mundial podría secuestrar hasta 445 gigatoneladas de CO₂ para finales de siglo, lo cual equivale a más de una década de emisiones actuales de combustibles fósiles.

Este enfoque estratégico permitiría que el ganado continuara pastando en áreas donde no es viable el crecimiento de cultivos o bosques, como los pastizales nativos o secos. Así, el cambio no implica una prohibición total de la producción de carne, sino un ajuste en la distribución de la actividad ganadera para aprovechar al máximo el potencial de cada región en la lucha contra el cambio climático.

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