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La independencia de las mujeres con discapacidad intelectual es un tema importante en la lucha por la igualdad y la inclusión. Estas mujeres enfrentan desafíos adicionales para lograr su autonomía y ejercer su derecho a tomar decisiones en diversos aspectos de sus vidas.
La independencia implica poder vivir de forma autónoma, tener control sobre sus propias vidas y participar activamente en la sociedad. Sin embargo, las barreras sociales, culturales y de accesibilidad a menudo limitan las oportunidades para que las mujeres con discapacidad intelectual desarrollen su independencia plena.
Es fundamental brindar apoyo y recursos adecuados a estas mujeres, fomentando su inclusión en la comunidad, promoviendo la educación inclusiva, proporcionando servicios de apoyo individualizados y promoviendo la toma de decisiones informada. Además, es necesario trabajar en la eliminación de estereotipos y prejuicios, así como en la promoción de la igualdad de género para garantizar que todas las mujeres, incluidas aquellas con discapacidad intelectual, tengan las mismas oportunidades de ser independientes y ejercer plenamente sus derechos.
'La Casa de Peter' es un proyecto totalmente novedoso. Lo pone en marcha la Fundación GMP y lo gestiona AFANIAS. "Es una vivienda de acogida para que mujeres con discapacidad intelectual con sus hijos pequeños puedan salir adelante y afrontar su maternidad con todas las posibilidades que tiene cualquier persona.
La Casa de Peter está en Madrid, en la calle Delicias, en el barrio de la Arganzuela. La donó a su muerte Carlos Peter, un hombre con discapacidad intelectual que durante gran parte de su vida fue socio y usuario de Afanias y cuyo deseo fue que la vivienda se destinase a crear un recurso de vida independiente para personas con discapacidad.
La vivienda cuenta con el potencial perfecto para el proyecto. Está en una quinta planta y tiene 4 habitaciones, 2 baños, cocina, salón y un pequeño balcón. Está habitada y en funcionamiento desde el 1 de abril y asemeja una "vivienda compartida", cuenta Lucía Pérez, coordinadora del servicio de vida independiente de Afanias para 20 Minutos. Es la coordinadora de esta casa y del resto de viviendas que tiene la organización, así como del apoyo a domicilio que ofrecen a distintas personas.
"La Casa de Peter sirve como plataforma temporal para que las mujeres puedan realizar su proyecto de vida de la manera más natural posible con los apoyos que necesiten", explica Lucía. "Entre ellas se crea un apoyo natural mutuo y también están los recursos que ofrece el barrio, es un entorno acompañado para desarrollar su proyecto de autonomía".
Es un proyecto muy bien concebido y muy necesario
"Aspiramos a que su éxito trascienda para que otras organizaciones, otras personas poseedoras de viviendas vacías puedan animarse a ponerlas a disposición de organizaciones solventes y profesionales que puedan llevar a cabo este tipo de proyecto tan necesario", explica Francisco Fernández, director de la Fundación GMP.
La Casa de Peter es posible gracias al testamento solidario de un particular y a las donaciones de entidades privadas: Fundación GMP, Cesce y Fundación Solidaridad Carrefour, que han permitido llevar a cabo la reforma y proveer de las dotaciones necesarias.
En la casa todo se hace con apoyos por parte de profesionales de Afanias. A cada mujer se le da el apoyo que necesita en función de sus necesidades y de las distintas tareas. Los apoyos parten de la realidad concreta de cada una.
La Casa de Peter está pensada con carácter temporal porque "es un recurso para trabajar la autonomía y que un día puedan tener vida independiente sin necesidad de los apoyos", explica Lucía. "La temporalidad está sujeta a su propio proceso de autonomía y al compromiso marcado por el objetivo inicial de la vivienda, para el que es clave la financiación de la administración pública". Las mujeres de la casa trabajan o van a un centro ocupacional.
“Las mujeres con discapacidad intelectual tienen las mismas dificultades de acceso a la vivienda que el resto de mujeres: tener un lugar desde el que poder elegir y desarrollar su proyecto de vida en un entorno normalizado”, cuenta Lucía. "Como su acceso al empleo está más limitado y los salarios, por la categoría de los puestos que ocupan, suelen ser precarios, esta necesidad de ayuda económica para acceder a una vivienda con los apoyos necesarios, dada su condición, se hace más acuciante".
Ellas se ven expuestas a una doble discriminación: por ser mujeres y por tener discapacidad intelectual. En la Casa de Peter está todo cubierto, desde los suministros hasta los apoyos que reciben de lunes a domingo, todo está incluido en el coste de la plaza.
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