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Ya es oficial, ayer 8 de enero de 2023, 1.016 días después, China eliminaba las cuarentenas a los viajeros. Es la última gran restricción en pie. Ahora denuncia que son otros países quienes reclaman una PCR negativa a sus viajeros (un requisito que China, por cierto, mantiene).
La covid cero se ha desmantelado en una retirada caótica, que deja una gran ola de contagios en China
China sigue aplicando medidas y utilizando medicamentos que desarrollan desde muchos meses las democracias a las que Pekín ha mirado por encima del hombro.
En la medianoche del 17 de marzo de 2020, mientras la mayoría de países occidentales afrontaba lo peor de la pandemia de covid-19, China cerraba sus aeropuertos al mundo para evitar que le estropeasen su reapertura de negocios. Ya había superado lo que otros iban a sufrir. A partir de ese momento, para entrar en el país había que hacer una cuarentena de 14 días nada más llegar.
El régimen de Xi Jinping comenzaba a presumir de lo rápido que había vencido al SARS-CoV-2 y ponía como ejemplo su estrategia: la covid cero.
Las autoridades chinas han certificado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que las subvariantes de Ómicron que se encuentran detrás de su crisis sanitaria -BA.5.2 y BF.7- circulan desde hace meses por el resto del mundo. El Ministerio de Sanidad tiene constancia de casos en España desde hace meses. Sin embargo, mientras se ponen restricciones para quienes vuelan desde el país asiático, no se adopta ninguna medida sobre los viajeros que proceden por ejemplo de EE.UU., donde en octubre surgió la subvariante XBB.1.5.
Más de 1.000 días cerrados al mundo
China abre sus fronteras, pero ante los importantes rebrotes de coronavirus en China, la UE ha recomendado a los 27 que introduzcan una serie de medidas para todos los pasajeros procedentes del país asiático. Algunos Estados miembro se habían adelantado a las directrices europeas y España, por ejemplo, ya aplica restricciones desde el sábado. Pero, ¿son eficaces esos controles?
El Ministerio del Interior ha resuelto comprobar que el viajero procedente de China cuenta con certificación sanitaria de vacunación frente a la covid en dos fases. En primer lugar, en origen, en el momento del embarque y, posteriormente, en el puesto fronterizo de llegada. Los aeropuertos españoles aplican así un control documental, visual y de temperatura y una prueba diagnóstica de infección activa. En ese contexto, se denegará la entrada, por motivos de salud pública, "a toda persona nacional de un tercer país llegada a cualquier aeropuerto español en vuelos directos desde China que no cumpla los requisitos documentales establecidos".
Los expertos en la materia de los 27 se encaminan igualmente hacia la exigencia un test negativo en origen no más de 48 horas antes de volar y planean incluir una recomendación para los viajeros sobre el uso de mascarilla. También invitan a los Estados miembro a realizar pruebas y la secuenciación de las aguas residuales de aeropuertos con vuelos internacionales y aviones que lleguen desde el gigante asiático.
La covid cero se llegó a convertir en una fuente de legitimidad de su poder a la vista de muchos dentro y fuera de China
La covid cero suponía una amenaza muy real de parálisis económica y de terminar 2022 con el peor dato de crecimiento en medio siglo. Como muestras del frenazo, los pasajeros en el metro se redujeron un 91 % y el precio de la vivienda caía.
La compra de medicinas para controlar la fiebre había estado restringida. Fue levantarse la covid cero y se agotaron. Después llegaron las colas en clínicas y hospitales. Y luego en los crematorios. Todo en apenas un mes.
Una población con poca inmunidad, al haber estado poco expuesta al virus durante mil días y haberse vacunado con medicamentos poco eficaces ante las nuevas variantes, quedó a merced de los contagios.
Además, no había un sistema capaz de tener datos fiables. China controlaba los brotes porque había test obligatorios diarios. De la noche al día, la gente pasó a hacerse los test en casa sin obligación de informar a nadie… Lo mismo que sucede desde hace tiempo en muchos países occidentales. Pero la diferencia es que en China no se había puesto en pie antes un sistema de vigilancia de la evolución del virus. No había datos porque no hubo previsión ni estrategia.
Ahora las autoridades asumen que no pueden suprimir el virus y deben convivir con él.
La covid ha dado muchas lecciones globales y una es la humildad. Ahora que Europa, Estados Unidos y hasta la OMS muestran su falta de confianza en China, no deberían olvidar que ellos también han estado lejos de ser ejemplares.
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