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La desaceleración de las exportaciones chinas en abril, más pronunciada que lo previsto por los analistas, abre nuevos interrogantes en torno a la salud de su economía, mientras parece alejarse una solución para poner fin a su guerra arancelaria con Estados Unidos.
Los datos publicados hoy por la Administración General de Aduanas de China muestran que las exportaciones del gigante asiático aumentaron un 3,1% interanual en abril, lo que supone una recia desaceleración con respecto al alza del 20,8% registrada en marzo.
Por el contrario, las importaciones chinas de abril experimentaron un ascenso interanual del 10,3%, en contraste con la abrupta caída del 2,1% registrada en el tercer mes del año.
Los datos definen una tendencia negativa
Estos datos no han sorprendido a analistas como Julian Evans-Pritchard, de la consultora Capital Economics, quien considera "decepcionante" el dato de las exportaciones y lo atribuye a los efectos de la guerra comercial y a una menor demanda a nivel global.
A esta caída hay que sumar el riesgo, advierte el economista, de que el presidente estadounidense, Donald Trump, cumpla su amenaza de imponer nuevos aranceles a China a partir de este viernes.
Evans-Pritchard, que toma como referencia los datos medidos en dólares y resta el impacto de los factores estacionales derivados del Año Nuevo Lunar, apunta a "un descenso de dos o tres puntos porcentuales" en caso de que Trump finalmente cumpla con su amenaza.
"E incluso si se llega a un acuerdo de última hora, las perspectivas negativas del crecimiento global implican un crecimiento más moderado de las exportaciones chinas en el futuro", señala el analista.
Posible nuevo paquete arancelario
Trump amenazó el lunes con estos nuevos aranceles tras asegurar que las negociaciones para llegar a un acuerdo entre las dos grandes potencias seguían avanzando, pero que lo hacían "demasiado lento".
Sin embargo, la treta no impidió que el viceprimer ministro chino Liu He aceptara finalmente viajar a Washington para participar jueves y viernes en la undécima ronda de tratativas.
Por su parte, la consultora Oxford Economics espera que las tensiones comerciales entre las dos grandes potencias se rebajen por fin en esta tanda, y avisa que "lo contrario supondría un lastre para las dos economías, pero especialmente para la de China".
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