Ciudades compactas: Reducen la huella de carbono, pero aumentan la mortalidad

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26/09/2024 - 16:00
Rascacielos por la noche

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Las ciudades compactas presentan una menor huella de carbono per cápita, pero ¿qué implica este concepto? En Europa, existen varios tipos de ciudades que influyen de manera diferente en la salud humana, la calidad ambiental y la huella de carbono. Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), impulsado por la Fundación "La Caixa", analizó 919 ciudades europeas y las clasificó en cuatro categorías urbanas.

El artículo, publicado en The Lancet Planetary Health, identificó las siguientes tipologías: ciudades compactas de alta densidad, ciudades abiertas de baja altura y densidad media, ciudades abiertas de baja altura y baja densidad, y ciudades verdes de baja densidad.

Ciudades verdes y baja densidad: salud y medio ambiente

Los resultados muestran que "las ciudades verdes con baja densidad poblacional tienden a tener tasas de mortalidad más bajas, menor contaminación atmosférica y menor efecto de isla de calor urbano". Sin embargo, estas ciudades, como Helsinki o Estocolmo, presentan una mayor huella de carbono per cápita debido a la mayor dispersión urbana y los largos desplazamientos que requieren. Las ciudades verdes y dispersas son menos eficientes energéticamente, lo que aumenta sus emisiones de carbono.

Este tipo de ciudades, aunque beneficiosas para la salud y el entorno inmediato, no logran la eficiencia en cuanto a emisiones contaminantes por habitante. Su estructura hace que sean menos sostenibles a largo plazo en términos de huella ecológica, ya que el consumo energético es mayor debido a las largas distancias entre servicios y áreas residenciales.

Ciudades compactas: beneficios y desafíos

Por otro lado, "las ciudades compactas de alta densidad tienen mayores tasas de mortalidad, menos espacios verdes, peor calidad del aire y un mayor efecto de isla de calor urbano", pero emiten menos gases de efecto invernadero (CO2) por persona. Ejemplos de este tipo de ciudades son Barcelona, Milán, París y Basilea, caracterizadas por una alta densidad de población, infraestructura para peatones y ciclistas, y transporte público eficiente.

Este tipo de ciudad compacta facilita la movilidad a corta distancia, promoviendo un menor uso de vehículos motorizados y, por lo tanto, menor emisión de CO2 per cápita. A pesar de esto, los problemas relacionados con la calidad del aire y la falta de espacios verdes son más pronunciados, lo que afecta negativamente la salud de los habitantes.

No existe una solución única

Mark Nieuwenhuijsen, autor principal del estudio y responsable del programa Clima, Contaminación Atmosférica, Naturaleza y Salud Urbana de ISGlobal, concluye que no hay una solución única para todas las ciudades. Cada ciudad debe estudiar sus propias características y necesidades para encontrar un modelo que equilibre salud, calidad ambiental y reducción de huella de carbono.

Mientras las ciudades compactas son más eficientes energéticamente y contribuyen a reducir las emisiones de carbono, enfrentan desafíos en cuanto a la calidad de vida y la salud de sus habitantes debido a los niveles más altos de contaminación y la falta de espacios verdes.

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