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Tener un hijo no es tarea sencilla en los días que corren. Y no solamente en términos económicos o por la capacidad de compaginar las exigencias del mundo exterior con las responsabilidades de ser padres. También se vuelve una tarea complicada a la hora de tomar buenas decisiones para su crianza. Existen cientos de libros, manuales, recomendaciones de otros padres y un sin fin consejos que a veces nos marean. Así pasa con la práctica del colecho.
Colecho, ¿sí o no? Depende. A través de nuevas investigaciones, los cambios de paradigmas en nuestras formas de vivir, los viejos y sabios consejos y la infinita literatura sobre cómo ser buenos padres, a veces entran en contienda. Pero al final, se trata de tomar una decisión como padres y buscar la mejor forma de poner en práctica todas estas recomendaciones. Por eso, te damos más detalles y algunos consejos para que decidas mejor sobre si quieres aplicar, o no, el colecho en la crianza de tu bebé.
Beneficios del colecho
Empecemos por definir. ¿Qué es el colecho? se trata de una práctica que se lleva practicando desde que el mundo es mundo, como quien dice, solo que se ha ido transformando a lo largo de los siglos. Consiste básicamente en compartir el lecho con nuestro bebé, ya sea en la misma cama o acoplando una cuna a la misma. Actualmente, existe cierto debate sobre si es del todo recomendable practicarlo, por los posibles riesgos de asfixia, aplastamiento o la generación de apegos que puede desarrollar el bebé.
Pero lo cierto es que grandes organizaciones especializadas en salud como la OMS o UNICEF, no ven con malos ojos esta práctica. De igual forma, el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, no ven evidencias suficientes para invalidar esta práctica , si se hace con las medidas adecuadas de seguridad. De esta forma, podemos utilizarlo en la crianza, si sus beneficios nos parecen lo suficientemente adecuados.
Entre estos beneficios que puede suponer el implementar el colecho en la crianza de nuestro bebé, tenemos que destacar principalmente dos. La primera de ellas tiene que ver con la lactancia, ya que tener cerca a nuestro bebé para amamantarlo por las noches, favorece la lactancia al hacerla más cómoda y natural para ambos, sobre todo para la madre, que podrá encontrarse más descansada. La segunda esta relacionada con el vínculo, ya que compartir tiempo, espacio y sueño ayuda a que este vínculo entre ambos se haga más fuerte.
Algunas recomendaciones para ponerlo en práctica
Por supuesto, debemos tener en cuenta algunas claves para poner en marcha esta práctica de forma segura para nuestro bebé y para nosotros mismo:
- Es necesario acostar al bebé siempre boca arriba.
- Procurar que haya espacio suficiente para todos.
- Que los progenitores no fumen en la estancia o hayan consumido otras sustancias.
- Que el bebé no tenga problemas de salud que requieran de otros cuidados especiales.
- Se recomienda que se acople una cuna pensada para el colecho.
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