Estudios muestran que los trastornos de salud mental generan más del 40 % de los casos de colon irritable

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02/02/2024 - 17:00
La salud mental

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Reducir los problemas de salud mental es una tarea urgente y se ha convertido en un reto global debido al aumento de casos de trastornos como la ansiedad o la depresión en todo el mundo. El vínculo existente entre nuestra salud física y mental es cada vez más evidente y es algo que ya no se puede obviar. Algunas afecciones físicas surgen concretamente de estos trastornos, sobre todo en el plano digestivo, como es el caso del colon irritable.

Según una investigación reciente, realizada por el hospital Vall d’Hebron, detrás del 44 % de los pacientes que padecen de colon irritable, se presentan tras estas afecciones mentales. En España, según una encuesta realizada por Statista, 3 de cada 10 personas afirmaron haber sufrido algún tipo de problemas de salud mental. Las instituciones sanitarias trabajan en su prevención y podemos contar con una serie de profesionales que pueden ayudar a superar o paliar los efectos de estas dolencias.

El colon irritable y los problemas en nuestra salud mental

El síndrome de intestino irritable, también conocido como colon irritable, es una patología digestiva que cada vez incrementa su incidencia en España. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo, se trata de una patología "muy frecuente, pues se estima que puede padecerla hasta el 10-15 % de la población y representa el 25 % de las visitas a una consulta de Digestivo". Esta patología afecta a todo el tracto gastrointestinal y muy en concreto al colon.

Pero, ¿qué relación puede tener esta enfermedad digestiva con los problemas de salud mental? En realidad mucha. Estudios como el realizado en el hospital Vall d'Hebron, demuestran que nuestros desequilibrios emocionales pueden causarnos problemas a nivel físico. La microbiota es un punto clave en este sentido, ya que se ha demostrado que a través de ella regulamos funciones hormonales importantes, como el sueño. Pero no es lo único.

En nuestro sistema digestivo se encuentra integrado el sistema simpático y parasimpático, que son los encargados de mandarnos señales de alerta o de relajación. Por eso se nos revuelven las tripas si pasamos muchos nervios o se nos cierra el estómago si no conseguimos lidiar con el estrés. Y es que el estrés es uno de los principales focos para acabar desarrollando problemas de salud mental, o al menos una mala gestión del mismo.

¿Cómo hacer frente a esta situación?

Alicia Hita, especializada en coach e inteligencia emocional, comenta que para mejorar algunos de nuestros problemas de salud mental, es necesario generar una "capacidad para manejar el estrés, comprender y canalizar emociones negativas, así como establecer límites saludables en las relaciones", ya que esto "actúa como defensa natural contra los factores desencadenantes de la depresión” o la ansiedad.

La técnica de la inteligencia emocional está basada, por una parte, en el concepto de entender, reconocer y gestionar nuestras propias emociones pero, por otra parte, también busca establecer relaciones saludables y poder influir de forma positiva en las emociones de los demás. El hecho de que sea una técnica tan ventajosa se debe, tal y como concreta Hita, a que “incluye habilidades como la autoconciencia emocional, autorregulación emocional, motivación, empatía y un conjunto de capacidades sociales”.

Sin embargo, si no hemos aprendido a relacionarnos bien con el estrés o no sabemos cómo iniciarnos en las técnicas para integrar la inteligencia emocional en nuestros hábitos diarios, lo mejor es acudir a profesionales de la salud mental que nos asesoren para poder hacerle frente a cualquier situación. De esta misma forma es necesario acudir a una consulta médica si vemos que nuestra salud física se está viendo afectada.

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