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Hace escasas década prácticamente nadie había escuchado hablar de la inteligencia emocional. Sin embargo, a partir de los 90 y sobre todo en la segunda década del 2000, este término ha ido cobrando especial fuerza y se ha ido integrando en la sociedad. Actualmente, Estados Unidos lidera el campo de la investigación en lo que se refiere a esta materia, pero España le sigue muy de cerca, resaltando a nivel internacional.
Así lo señala Pablo Fernández-Berrocal, catedrático de Psicología, así como director y fundador del Laboratorio de Emociones y del Máster de Inteligencia emocional de la Universidad de Málaga, en una entrevista concedida a medio Infosalus.com. Durante la entrevista, este especialista abordó los puntos más relevantes de esta materia y cómo el desarrollo y aprendizaje de la misma es absolutamente necesaria para una buena salud mental, pero también física.
¿Qué es la inteligencia emocional?
A pesar de que la inteligencia emocional ya no es un término que no sea del todo desconocido, siguen existiendo algunas dudas sobre a qué se refiere exactamente. Según Fernández, esta es "una inteligencia más entre el resto de tipos de inteligencias que tenemos (como la numérica, la verbal o la espacial) que son las clásicas o 'frías' y que todos conocemos; pero que no se nos olvide que también existen otras 'calientes' porque nuestro cerebro trabaja en cómo comprende y gestiona las emociones y las relaciones sociales".
Básicamente, la inteligencia emocional hace referencia a nuestra capacidad para entender nuestras emociones, saber gestionarlas y que estas nos ayuden a relacionarnos de una forma adecuada con el entorno y con los demás. Al tratarse de una habilidad, esta puede enseñarse, lo que significa que las aprendemos desde que somos pequeños, e incluso podemos hacerlo también cuando somos mayores.
En este sentido, el psicólogo y catedrático comenta que la inteligencia emocional puede, y debe entrenarse. No basta con la teoría que podamos adquirir en los libros o en terapia, también es necesario ejercitarla. "Esto es como ir al gimnasio, donde un profesional nos va marcando los retos y evaluando y corrigiendo", comenta. Así lo ha ido viendo a través de las investigaciones que está realizando con su equipo al respecto. También advierte que mejorar en esta habilidad no es algo que ocurra de la noche a la mañana, "hay que sudar la camiseta".
¿Cómo saber si tengo buenas habilidades?
El especialista comentaba en la entrevista que podemos acceder a una serie de test que pueden ayudarnos a medir nuestras capacidades en este sentido. Si bien es cierto, advierte, que es mejor que estos sean proporcionados por un profesional del sector para evitar malos diagnósticos.
"La clave para saber si uno tiene inteligencia emocional es hacerse un chequeo, el autoconocimiento de nosotros y de otros, e implica empatía sobre los estados emocionales de los otros, porque esto no solo te permite comprender a los otros, sino también a ti, con preguntas como: ¿Atiendo a mis emociones y soy capaz de saber qué estoy sintiendo, cómo estoy emocionalmente? ¿sabes qué consecuencias tiene tu estado emocional para ti y los demás?; ¿Cómo evolucionan mis emociones?, donde se incluye la regulación emocional", detalla este experto.
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