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La creciente preocupación por nuestra salud mental ha logrado que cada vez se tenga un mayor conocimiento sobre los tratamientos psicoterapéuticos de los que disponemos actualmente para tratar cualquier tipo de trastorno o necesidad que pueda llegar a surgir a lo largo de nuestra vida. Una de estas novedosas terapias es el EMDR, por sus siglas en inglés (Eye Movement Desensitization and Reprocessing, que en español vendría a significar algo similar a 'El movimiento ocular, desensibilización y reprocesamiento).
La poca educación emocional y los traumas no resueltos, pueden tener un mayor impacto en nuestra salud de la que somos conscientes en un primer momento, y no solo de la mental, sino también de la física. En muchas ocasiones, las situaciones traumáticas o la mala gestión emocional de determinadas situaciones, pueden provocarnos 'nudos emocionales' que nos impiden seguir avanzado o incluso que se acaben manifestando en dolencias físicas.
La terapia EMDR y la interacción con nuestro cerebro
La psiquiatra, psicoterapeuta y presidenta de la Asociación EMDR España, Anabel Gonzales, introdujo la incipiente terapia de EMDR en España y ha publicado algunos libros destinados a entender y tratar el trauma. Uno de ellos, 'Las cicatrices no duelen', publicado en 2022, explora y explica de forma asequible en qué consiste exactamente este tipo de terapia y la forma en la que su uso impacta a nivel cerebral, generando cambios que nos permiten deshacer estos nudos emocionales, para poder seguir avanzando.
Entonces, ¿En qué consiste la terapia de EMDR? Utilizando la metáfora que utiliza Gonzales en su libro, este tipo de terapia consistiría en 'cicatrizar' aquellas heridas emocionales que se han podido llegar a producir por un evento o situación traumática de nuestro pasado, y que por una mala gestión emocional en el momento, no pudimos procesas adecuadamente.
Estas heridas emocionales pueden presentarse de formas muy variadas en nuestro organismo. Desde el desarrollo de trastornos como la ansiedad o la depresión, hasta situaciones de dolores crónicos sin un cuadro médico y que provengan principalmente de tensiones elevadas del sistema nervioso.
Para conseguirlo, el EMDR utiliza el movimiento ocular, ya que una cantidad variada de investigaciones se pudo observar que con este movimiento se conseguía activar ambos hemisferios cerebrales, ayudando a que los recuerdos no procesados adecuadamente o 'atascados', pudiesen reprocesarse. Esto no implica que los recuerdos pierdan su emoción o que se olviden por completo, sino que de alguna manera, ocupen el lugar adecuado.
Investigaciones en curso
Las investigaciones acerca de esta terapia aún continúan trabajándose para comprender de forma más certera el porqué de estos procesos y la verdadera función que tiene el movimiento ocular en el. De momento, el EMDR, resulta una terapia bastante efectiva, si se realiza de la forma adecuada y siempre guiada por un profesional experto en el tema, para tratar casos de estrés postraumático, ansiedad, depresión, adicciones e incluso dolores crónicos.
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