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El papel del dietista-nutricionista es “clave” como “educador” en hábitos alimentarios durante la etapa educativa y los comedores escolares han de ser espacios para “enseñar a alimentarse y no sólo para comer”.
Así lo defendió este jueves la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, Alma Palau, a través de un comunicado emitido con motivo de la conmemoración, el próximo 24 de noviembre, del Día Mundial del Dietista-Nutricionista que se celebra bajo el lema 'Alimentación responsable: la restauración colectiva en todas las etapas de la vida'.
Para Palau, además de elaborar menús saludables, un comedor escolar debe recurrir a recetas locales con productos frescos de temporada y presentaciones de un mínimo de tres colores diferentes para garantizar la inclusión de más vitaminas.
La importancia social educativa de los comedores escolares
La hora de la comida y el tiempo establecido para comer son otros de los criterios de referencia que aplican los dietistas-nutricionistas para evaluar si un comedor es saludable y en este sentido la recomendación es que esta se haga antes de las 14.00 horas.
La hora de comedor debería prolongarse durante 45 minutos y “en ningún caso” ser inferior a 30 minutos y el nivel de ruido, el tipo de iluminación y la disposición de las mesas, mejor agrupadas que en largas líneas, también influyen en la “predisposición” ante la comida.
A su entender, es necesario un “esfuerzo” por parte de administración, dirección de los centros educativos, familias y empresas de gestión de los comedores para que estos se conviertan en “espacios de aprendizaje, de enseñar a comer sano y no sólo de dar de comer”. “Una buena educación nutricional en los primeros años de un ser humano es garantía de salud para el resto de la vida”, apostilló.
La mayoría de los escolares hacen la comida principal en el colegio
No obstante, además de saludable, el menú del comedor escolar “ha de ser atractivo”, según la responsable del grupo de especialización en Restauración Colectiva –GeResCo, de la Academia Española de Nutrición y Dietética, Izaskun Gaubekaresponsable, para quien “de poco sirve que esté equilibrado, bien elaborado y servido si se va a quedar en el plato”.
“Un menú poco atractivo puede llegar a provocar aversión a la comida, baja ingesta de alimentos y posteriores atracones al salir de clase” añadió, al tiempo que precisó que, en la actualidad, alrededor de 166 días de los 365 que tiene el año “la mayoría de los escolares hacen su comida principal en el colegio".
Por este motivo insistió en la importancia de que el comedor contribuya a “formar en hábitos alimentarios saludables, fomentar la gastronomía local o cuidar modales en la mesa” además de favorecer “el gusto por los alimentos y por alimentarse no solo por obligación sino como un momento importante de socialización”.
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