El virus de la COVID-19 vuelve a las aguas residuales

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09/08/2020 - 08:00
Dos trabajadores durante la recogida de muestras de aguas fecales en una alcantarilla del Miguel Sevet / José Miguel Marco

Lectura fácil

El análisis aguas residuales desvela la presencia de COVID-19 en Totana, Murcia. Además, está comenzando a suceder lo mismo en ciudades de Cataluña y Valencia: Benimaclet-Mestalla, Jesús-Patraix, la Saïdia y la zona colindante de Campanar y Benicalap.

Varios estudios recientes han demostrado que el virus de la COVID-19 está presente en las aguas residuales, detectándose material genético de SARS-CoV-2 en aguas de entrada a plantas depuradoras.

Es necesario analizar las aguas residuales y del mar para detectar brotes de COVID-19

Un grupo de científicos holandeses del Instituto de Investigación del Agua KWR encontraron rastro del coronavirus en las aguas residuales de una ciudad de Países Bajos antes de que se informaran de los casos de COVID-19 en el país. Esta situación demuestra un posible método de detección temprana en el caso de que el virus vuelva a las comunidades.

Es importante y necesario que los gobiernos de las diferentes Comunidades Autónomas analicen las aguas residuales y del mar para detectar brotes de COVID-19. El coronavirus deja un rastro genético (ARN) que se mantiene en el cuerpo de los infectados durante 20 días. Posteriormente lo expulsan mediante heces - que van a parar a aguas residuales - y otros métodos de secrección, según la revista Nature.

Es poco probable que podamos contagiarnos de coronavirus por esta vía. De acuerdo con los datos científicos disponibles, el coronavirus se excreta en grandes cantidades en heces, no estando comprobada su infectividad. Sin embargo, dicha posibilidad no se puede descartar totalmente, hay tres estudios en los que se describe la presencia de virus infectivos en muestras de heces de pacientes con COVID-19.

Monitoreo de aguas residuales

"Es importante recopilar información en las aguas residuales para comprender si hay riesgo para los trabajadores de las plantas de tratamiento”, señaló a Bloomberg el director de microbiología del instituto, Gertjan Medema. Unas medidas que también son importantes para “evitar la propagación del virus por alcantarillas”.

Además, dichas mediciones podrían aportar información adicional acerca de la circulación del virus en la población, ya que “solo los pacientes con síntomas graves son analizados en los laboratorios del hospital”.

  • Barcelona analiza la presencia de COVID-19 en las aguas residuales y de baño

El Ayuntamiento de Barcelona presentó varios proyectos en los que participa a escala europea junto a centros de investigación y universidades que miden la presencia del coronavirus en el agua. “La detección del material genético del SARS-CoV-2 en aguas de baño o residuales puede permitirnos ver futuros brotes o picos de personas diagnosticadas en la ciudad”, destacó Gemma Tarafa, concejal de Salud, Envejecimiento y Cuidados del Consistorio barcelonés.

Uno de los proyectos, con el nombre H2O20 Scorewater, se desarrolla en Barcelona, en la ciudad sueca de Göteborg y en la holandesa de Amersfoort. En este caso se estudiará la presencia del virus en la red del alcantarillado.

El otro proyecto, bautizado como Life iBathwater, se hace conjuntamente con Berlín. “Es un proyecto en el que ponemos a disposición las instalaciones de la ciudad para ver la posible detección en las aguas residuales”, apuntó Eloi Badia, concejal de Emergencia Climática.

  • Italia también analiza sus aguas residuales contra el COVID-19

[Italia está controlando mejor el coronavirus que España]

Los nuevos sistemas de alarma temprana en Italia se basan en técnicas como la inspección de las aguas residuales para detectar rastros de virus. Si hubiesen analizado mucho antes las aguas, se habrían reducido aún más las probabilidades de infección.

Los resultados del Instituto KWR indican que el COVID-19 está presente en las aguas residuales. La concentración de virus parece baja. Pero la detección del SARS-CoV-2 del agua residual podría usarse como una herramienta que mida la circulación de un virus en la población en un posible resurgimiento del COVID-19.

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