La crisis climática altera la biodiversidad marina

La crisis climática se aprecia en un estudio reciente que se basa en la temperatura preferente de las especies que relacionan los cambios en la distribución de las comunidades de peces de fondo con la temperatura de la columna de agua.

Las aguas del Cantábrico y de Galicia han sido las analizadas, y reflejan el índice a la distribución de la temperatura ambiental, tanto espacial como temporalmente.

Este índice ha dado lugar a la clasificación de las comunidades de peces de fondo en tres tipos:

• Cálidas
• Templadas
• Frías

Asimismo, se ha realizado un análisis de cómo se distribuyen cada uno de los tipos en el espacio y en el tiempo.

Los estragos de la crisis climática

• Mar Cantábrico: Comunidades con temperatura más alta, es decir, cálidas, principalmente litorales y las más frías se encuentran a mayor profundidad.
• Galicia: El efecto afloramiento no permite estratificación en la temperatura y no encuentran diferencias de profundidad.

Esta presencia del afloramiento de aguas frías en aguas gallegas determina, además, que en estas áreas las comunidades sean más frías que en el interior del Golfo de Vizcaya.

La crisis climática deja ver en este estudio la velocidad a la que las comunidades cambian, detectando las cálidas que se expanden en su área de distribución, mientras que las comunidades frías se han retraído en su velocidad.

Las comunidades de peces cambian

La crisis climática reflejó en 2016 que las comunidades de peces del Mar Cantábrico sufren un proceso de meridionalización, es decir, la abundancia de gran parte de las especies templadas nativas de las dos agudas han aumentando.

“Estos cambios detectados en nuestras aguas conllevan cambios profundos en las comunidades de peces de fondo y se encuadran dentro de las consecuencias derivadas del cambio climático en la distribución de las especies”, explica Antonio Punzón, investigador del Centro Oceanográfico Santander del IEO y primer autor de los dos estudios.

“Se trata de procesos como la borealización, que consiste en que comunidades boreales expanden su distribución hacia el Ártico, o la tropicalización, que supone un aumento de la abundancia de especies tropicales o subtropicales no nativas”, apunta el científico.

La crisis climática, y el pertinente calentamiento global modifica la distribución de especies en los ambientes marinos. Gracias a la investigación se podrá prever los efectos del cambio climático en las comunidades demersales en diferentes escenarios.

La crisis climática repercute en las explotación, sostenibilidad y gestión de los principales recursos

Los cambios en la distribución y abundancia de las especies marinas y en las comunidades dejan consecuencias a nivel de explotación, gestión de los recursos explotados y de la sostenibilidad.

Estos es lo siguiente que se va a realizar:

• Determinar los cambios de las comunidades en función de los distintos escenarios climáticos futuros.
• Conocer cómo estos cambios se están traduciendo en la explotación pesquera.
• Caracterizar cuáles son las principales vulnerabilidades.
• Identificar la existencia de oportunidades.

“Todo ello permitirá el diseño de una estrategia de adaptación y mitigación a los efectos de la crisis climática sobre las actividades pesqueras”, concluye Punzón.