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"Nos abrazábamos, pero sin besarnos. Fue una gala distinta, muy tranquila". Así ha descrito la XXVI edición de los Goya el actor Antonio Menéndez Peso, que ha relatado a GNDiario los momentos más emocionantes de una ceremonia en la que brillaron las mujeres.
La XXXVI edición de los premios Goya se celebró en Valencia como homenaje al director Luis García Berlanga en el centenario de su nacimiento. Amor fue la palabra más nombrada en los discursos de los galardonados y galardonadas. Y al amor se refirió Ángela Molina al entregar el Goya a la mejor película, El buen patrón: "Como decía Berlanga, el amor se abre paso en la vida y en cine".
Para Antonio Menéndez Peso, lo más emocionante de la ceremonia fue el discurso de José Sacristán, Goya de Honor 2022, "que nos levantó de los asientos y nos hizo llorar de la emoción".
Desde un punto de vista estrictamente personal, el actor nos habló de su emoción más especial: "el corazón me dio un vuelco en el momento en que salieron las fotos de los fallecidos y vi a mi querida Geli Albadalejo, actriz y directora de casting que murió de cáncer de pulmón a los 56 años".
Amor y muerte
El amor y la muerte se dieron la mano en el transcurso de la ceremonia. Luz Casal interpretaba "Negra Sombra" mientras en pantalla salían los rostros del mundo del cine que nos dejaron el año pasado. "Echamos de menos a tantos compañeros jóvenes este año...", comentó lacónico Antonio Menéndez Peso.
En su opinión, la ceremonia de los Goya 2022 "fue muy distinta a las de años anteriores. La gente estaba muy tranquilita, quizás demasiado... Durante el transcurso de la gala había una fiesta de Möet Chandon y como si nada, con la copita de champán y guardando las distancias...", explica Antonio, bajo estas líneas con la actriz Macarena Gómez.
Las referencias a la muerte se impusieron también en el discurso de Mariano Barroso, director de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Habló de Verónica Forqué ("nadie ocultó nunca su dolor de una forma más hermosa"); y de Almudena Grandes, "quien escribía sobre el reverso de la vida, sobre la cara B, una característica común de las cinco historias que optan hoy al Goya a la mejor película. Nos regalan una mirada diferente".
Barroso resaltó la grandeza y humildad del director Mario Camus, y homenajeó también a Pilar Bardem (ambos fallecidos en 2021), "quien durante muchos años dirigió la Fundación AISGE, que atiende a los actores en situación de necesidad con unas pensiones que les sirven para pagar el alquiler. Pilar, además de cine, hacía esas cosas", rememoró Barroso mientras las cámaras enfocaban el rostro emocionado y los ojos brillantes de su hijo Javier.
Javier y Penélope
Javier Bardem se llevó el Goya a la mejor interpretación masculina protagonista por su papel en El buen patrón, dirigida por el veterano Fernando León de Aranoa y Goya a la mejor película. Tras dedicar el premio a Penélope y a sus dos hijos, Leo y Luna, el actor dedicó unas emotivas palabras a su madre, Pilar Bardem.
"Me parió, me enseñó a vivir y me ayudó a sobrevivir. Me enseñó el amor, la pasión y el respeto por este oficio tan hermoso (...). Ella es, aparte de una actriz inmensa, uno de los mejores seres humanos con los que me he encontrado en la vida. Mi madre, mi amada madre, Pilar Bardem". Rendida a la emoción, Penélope lloraba mientras la sala irrumpía en un sonoro aplauso.
Maixabel
Entre los momentos que situaron la emoción en su punto más álgido citamos el abrazo de Blanca Portillo, Goya a la mejor interpretación femenina protagonista por Maixabel, y la auténtica Maixabel Lasa, viuda del político vasco Juan María Jáuregui, asesinado por ETA en el año 2000.
Blanca Portillo, vestida de rojo, declaró su amor incondicional a sus compañeros actores y actrices, a los productores y a todo el equipo de la película; a los ojos de Luis Tosar, "que me han llevado al infinito y más allá"; y a Icíar Bollaín, "por abrirme mundos y también su corazón". Y por último declaró su amor incondicional a dos mujeres, su madre y Maixabel Lasa, "por hacer de este mundo un lugar mejor"; y a dos hombres que ya no están en este mundo: su padre y Juan María Jáuregui.
"La verdad es que fue muy emocionante" -comentó Antonio Menéndez Peso a GNDiario-, aunque confesó que no le gustó nada el vestido de Blanca Portillo: "ese traje rojo parecía un regalo de Navidad y no le pegaba nada".
Fin de fiesta
"Al final nos fuimos de copas y la cosa se animó bastante, aunque los abrazos siguieron dominando a los besos", aseguró Antonio Menéndez Peso. "Terminamos a la mañana siguiente y en el tren de vuelta íbamos todos muertos, parecía que veníamos de la guerra", relató el actor con el rostro aún marcado por el cansancio y su característica sonrisa ancha.
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