Lectura fácil
En la DGT no cuentan con una regla que diga la edad en la que hay que dejar de conducir por lo que llegar a la vejez no es sinónimo de tener que dejar el coche guardado en el garaje.
Pero una cosa está clara y es que conforme vamos cumpliendo años es totalmente normal ir teniendo limitaciones a nivel físico y mental, a parte de que pueden surgir o aumentar los problemas de salud.
Por lo que, tanto por nuestra seguridad como por la de los demás conductores y viandantes, en caso de que nuestras capacidades y nuestra salud se vean alteradas, debemos de dejar de ponernos al volante.
Antes de que pase un accidente irremediable, debemos de dejar de conducir cuando nuestra salud no nos lo permita
Cleverea, una empresa de seguros online, refleja en sus datos que, tanto para coches y motos, en España esta es la cifra de conductores de coches y motos de edades avanzadas:
- Un millón de personas que conducen con edades entre 65 y 69 años.
- 700.000 aproximadamente de 70 hasta 75 años.
- 500.000 que siguen circulando con más de 76.
Cada 10 años se renueva el permiso de conducir de la clase B, pero solo hasta que cumples los 65, pues a partir de ese momento, se renueva cada cinco años.
En los centros de reconocimiento de conductores se encargan de evaluar, mediante revisión, la capacidad del conductor, y si no se pasan las pruebas, ellos determinar si el carnet de conducir tiene que caducar antes.
En el caso de algunas enfermedades, dichos centros se encuentran con la obligación de exigir un certificado médico o un informe antes de que se tramite la renovación el permiso para manejar el volante.
Este es el caso de cuando se padecen dolencias cardiacas que hayan requerido cirugía o no, enfermedades vasculares, neurológicas, respiratorias, digestivas, oncológicas, crónicas degenerativas, diabetes, etc.
Independientemente de la edad que se tenga, si una persona padece alguno o varios de los problemas antes mencionados, puede no encontrarse en condiciones de conducir.
Los años pasan factura, a pesar de que se tenga una gran experiencia al volante
Es por ello que los expertos de Cleverea nos dejan las señales que no podemos obviar y que nos alertan de que es hora de dejar de ponernos al volante:
- Hay gente que me pita: Los conductores maleducados existen, pero si uno tiene la sensación de que su número aumenta de repente, puede ser que esté haciendo algo mal.
- Me pierdo incluso en trayectos conocidos: También los jóvenes se pierden, pero en edades avanzadas es más frecuente y puede ser síntoma del comienzo de un deterioro cognitivo aún no diagnosticado. Un buen navegador no siempre soluciona, porque con los años resulta más difícil mirar a la vez la pantalla y la carretera.
- He tenido percances últimamente: No necesariamente golpes importantes, pero sí con mucha frecuencia.
- Surgen peatones o ciclistas como de la nada: Síntoma de falta de reflejos y pérdida de visión lateral.
- Me salgo del carril algunas veces: El esfuerzo de concentración puede ser tal que, con frecuencia, provoca cansancio y hace que no se circule como es debido.
- Me estresa incorporarme a una rotonda.
- Alguien próximo se queja de nuestra conducción: Si nuestros familiares, parejas, o nuestros amigos empiezan a manifestar tensión por nuestra forma de conducir o hacen como si frenaran ellos desde el asiento del copiloto..., tal vez no seamos ya tan buenos conductores como solíamos ser.
- Me distraigo mientras conduzco.
- Otros se dan cuenta antes que yo.
- Me cuesta hacer algunos movimientos: Algunas personas tienen dificultades para mover el pie entre el freno y el acelerador o les duele el cuello al girar la cabeza para aparcar o sufren tensión en las manos al agarrar el volante con seguridad.
- No quiero llevar el coche de noche: Nadie ve igual de noche que de día, pero si la visión nocturna empieza a ser un serio problema para conducir con seguridad, no hay que arriesgarse.
- Me han puesto varias multas: Esto también puede ocurrirle a cualquiera, pero si coincide con la pérdida de reflejos y con que hemos acumulado más 'partes' de lo normal, conviene pensarlo.
Añadir nuevo comentario