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La humanidad se está enfrentando a importantes retos, que vienen de un gran desconocimiento e inconciencia sobre la explotación y la administración de los recursos de la Tierra. El cambio climático, la contaminación o las cada vez mayor escasez de agua, son solo algunas de las consecuencias de haber ido haciendo mella en nuestra capa de ozono y contaminando los recursos de nuestro planeta.
Para acabar con ese desconocimiento e inconciencia que han arrastrado a las generaciones presentes y futuras, a los desastres ecológicos que ahora estamos intentando resolver, desde la comunidad internacional se ha lanzado el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. Un día pensado para promover la reflexión, la actuación y el movimiento de los medios de comunicación para que sirvan de altavoz para este mensaje.
Proteger la capa de ozono, prioridad de ayer y hoy
Hablar sobre la protección de la capa de ozono no es ninguna novedad. Desde que en 1859 el científico irlandés John Tyndall, descubriese lo que conocemos como 'efecto invernadero', esos gases que se emiten a la tierra generando sobrecalentamiento, mucho se ha rodado y trabajado para que pongamos mayor atención a los gases que emitimos a la atmósfera y de esta forma evitar sus consecuencias para nuestra salud y la del planeta.
Muchos años más adelante, en 1913, los físicos franceses Charles Fabry y Henri Buisson le pusieron nombre a la capa de ozono, esa capa que nos protege de los rayos más dañinos del sol, ayudando a que los ciclos naturales de vida se desarrollen con naturalidad, al igual que los procesos diversos procesos meteorológicos y de los mecanismo por los que la Tierra es capaz de atemperarse. Hizo falta otros cuantos años más para que se percibiese que esa capa protectora estaba dañada y que lo hacían ciertos gases que emitíamos a la atmósfera.
Ahí se inició una intensa batalla que perdura hasta el día de hoy. Movilizaciones sociales, cambios en la política, movimientos de educación y concienciación, todo para que podamos proteger nuestra capa de ozono, y por tanto, aseguremos la salud del planeta y con ella nuestra supervivencia. Sin embargo, aunque mucho se haya avanzado, aún siguen habiendo poderes e intereses que frenan los trabajos por acabar con el maltrato a nuestra capa protectora.
El camino de la sostenibilidad
Conscientes de estas circunstancias, desde las Naciones Unidas se ha lanzado un proyecto global que se puso en marcha en 2015. La Agenda2030, que lucha por ser el auténtico motor de cambio que permita frenar el cambio climático y asegurar la supervivencia en el planeta Tierra. La clave se encuentra en introducir una hoja de ruta clara para alcanzar el camino de la sostenibilidad, la única vía para seguir cuidando de nuestra capa de ozono y por tanto, de nuestro futuro y el del resto de ecosistemas que habitan en nuestro bello planeta.
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