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Hace escasos días tuvo lugar en A Coruña el Reto Golfo Ártabro, una dura competición para dar visibilidad al deporte inclusivo. El recorrido de un total de ocho kilómetros que incluían una prueba de nado y una carrera desde la playa de Mera hasta la plaza de María Pita, son los obstáculos que Inés López, una menor con discapacidad intelectual y física, ha superado con éxito gracias al acompañamiento de un grupo de deportistas voluntarios que se han unido al reto.
Esta iniciativa para promover el deporte inclusivo en Galicia ha sido impulsada por la Fundación ENKI, que además ha contado con el apoyo de la Autoridad Portuaria y la Capitanía Marítima de A Coruña, junto con la colaboración del Club del Mar San Amaro, la Marina Coruña y el Sup de Mera. Este trabajo en conjunto de tantas instituciones ha servido para demostrar que el deporte no encuentra límites cuando existe voluntad detrás de las personas que lo promueven.
Ganas de deporte inclusivo
"Se puede hacer absolutamente todo, es cuestión de ganas y buscar la adaptación", afirma Rocío Alfonso en una entrevista con la Ser, la madre de Inés López, la menor con discapacidad que se embarcó en esta potente aventura deportiva acompañada de deportistas voluntarios como el triatleta profesional Iván Raña, Antonio José Rivas, Jaime Arias o Eva Luz, entre otros muchos que se sumaron a este gran reto por el deporte inclusivo, en una travesía entre Oleiros y A Coruña.
"Es un reto, una nueva experiencia. A Inés le encanta todo lo que son las aventuras y el riesgo, no tiene esa sensación de peligro como podemos tener nosotros y todo lo que es carrera y velocidad no tiene problema", explicaba la madre de esta joven que se atrevió con una travesía a nado de 4,8 kilómetros entre la playa de Mera hasta la de San Amaro, seguida de una carrera de 3 kilómetros hasta la plaza de María Pita por el deporte inclusivo.
Desde la Fundación, la principal organizadora, han señalado que el principal objetivo de reto era el de visibilizar el deporte inclusivo, así como la idea de que es posible adaptar cualquier prueba deportiva con el material adecuado. "Aunque tiene una discapacidad intelectual enorme y física, va mejorando con el deporte, se puede hacer absolutamente todo, es cuestión de ganas y buscar la adaptación", puntualiza la madre de Inés.
La discapacidad no puede ser una barrera
Para Rocío Alfonso la discapacidad no debe ser una barrera: "Se puede hacer deporte con cualquier condición física, solo que hay que adaptarlo", subraya. Por este motivo, la recaudación obtenida se ha destinado a la compra de materiales deportivos adaptados. Por su parte, Carmen Touza, gerente de la Fundación Enki, destacaba que el reto debía servir para "visibilizar la diversidad funcional".
"Es un reto en que lo importante es que, con un grupo de campeones, se vea que la diversidad funcional se puede integrar en el deporte y en el ocio", enfatiza, dándole al deporte inclusivo la relevancia merecida.
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