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El derecho a desconectarse fuera del horario de trabajo rige en Francia desde enero de 2017 con una disposición de su reforma laboral. La legislación para la desconexión laboral regula el uso de las tecnologías de la comunicación para garantizar el respeto del tiempo de descanso y de las vacaciones de los trabajadores.
La desconexión laboral en Francia actúa en función de las necesidades de cada empresa
"Si están mal controladas, pueden tener un impacto para la salud de los asalariados". Así de tajante se mostraba sobre las tecnologías de la información la ministra de Trabajo francés, Myriam El Khomri, cuando la promovió hace cuatro años. El objetivo de la ley de desconexión laboral, que introducía además más flexibilidad laboral para el bienestar de los empleados, era fijar las «modalidades del pleno ejercicio del derecho del asalariado a la desconexión», así como «la puesta en marcha por la empresa de dispositivos de regulación de la utilización de herramientas digitales».
Si no se alcanza un compromiso, el empresario debe redactar una 'carta' con las reglas. Las empresas de más de 50 empleados tienen que realizar la negociación entre empresa y sindicatos para discutir la aplicación. Es, por tanto, una desconexión laboral consensuada y en función de las necesidades de cada compañía.
La ley no implica la obligación de apagar el móvil profesional al finalizar la jornada laboral. Tampoco el cierre del servidor para enviar correos electrónicos profesionales a partir de una determinada hora. Solo abría las puertas a una regulación en función de las necesidades productivas de cada empresa.
¿Cómo se rige la desconexión laboral en España?
En España el derecho a la desconexión laboral llegó con el Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia, que entró en vigor desde el 13 de octubre de 2020. Además de regular por primera vez el teletrabajo y el trabajo a distancia en España, incidiendo en su carácter de "voluntariedad", esgrimía sobre la desconexión:
Artículo 18. Derecho a la desconexión digital.
Las personas que trabajan a distancia, particularmente en teletrabajo, tienen derecho a la desconexión digital fuera de su horario de trabajo en los términos establecidos en el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre.
El deber empresarial de garantizar la desconexión conlleva una limitación del uso de los medios tecnológicos de comunicación empresarial y de trabajo durante los periodos de descanso, así como el respeto a la duración máxima de la jornada y a cualesquiera límites y precauciones en materia de jornada que dispongan la normativa legal o convencional aplicables.La empresa, previa audiencia de la representación legal de las personas trabajadoras, elaborará una política interna dirigida a personas trabajadoras, incluidas los que ocupen puestos directivos, en la que definirán las modalidades de ejercicio del derecho a la desconexión y las acciones de formación y de sensibilización del personal sobre un uso razonable de las herramientas tecnológicas que evite el riesgo de fatiga informática. En particular, se preservará el derecho a la desconexión digital en los supuestos de realización total o parcial del trabajo a distancia, así como en el domicilio de la persona empleada vinculado al uso con fines laborales de herramientas tecnológicas.
Los convenios o acuerdos colectivos de trabajo podrán establecer los medios y medidas adecuadas para garantizar el ejercicio efectivo del derecho a la desconexión en el trabajo a distancia y la organización adecuada de la jornada de forma que sea compatible con la garantía de tiempos de descanso.
'Burn out', o síndrome del trabajador quemado
El estrés laboral no es un asunto nada nuevo. No obstante, la creciente digitalización y la hiperconectividad acrecentada por el teletrabajo han provocado, según disversos estudios, un aumento de ansiedad y situaciones de estrés ante la dificultad para desconectar.
Ya años atrás, la llegada de servicios de mensajería como WhatsApp puso a tiro de muchos empleadores la posibilidad de contactar con los empleados en cuestión de segundos, lo que impactó en las agendas y en las metodologías laborales de diferentes empresas para organizarse y estar alerta ante improvistos de última hora. Esta es una de las causas por las que la propia aplicación cuenta con la opción de silenciar grupos. Aunque la verdadera capacidad de desconectar depende finalmente de cada uno, una regulación de este tipo deja clara la necesidad desde el Ejecutivo que tiene garantizar la salud mental de las personas y amparar la desconexión laboral que el trabajo no se mezcle con su vida personal y familiar.
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