Lectura fácil
En este Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, queremos recordar la importancia de acabar con esta lacra social que afecta a millones de niños en todo el mundo, y que solo genera pobreza y desigualdad para estos pequeños. Este día, impulsado principalmente por las Naciones Unidas y Unicef, quiere servir como llamamiento para generar una mayor inversión en aplicar acciones y planes de protección social para estos niños, favoreciendo además el acceso a su derecho a la educación.
Es cierto que durante los últimos años, incluso siglos, se ha ido tomando conciencia sobre el trabajo infantil y se ha avanzado mucho en su reducción, sin embargo, aún no se ha conseguido eliminar. Proteger los derechos de los niños y niñas es también proteger a las sociedades para que el día de mañana cuenten con unas generaciones formadas que participen en el crecimiento y desarrollo de sus comunidades de forma sostenible.
El trabajo infantil en el mundo
Según datos de las Naciones Unidas, actualmente existen 160 millones de niños y niñas que se encuentran afectados por el trabajo infantil. Estas cifras suponen que 1 de cada 10 niños en el mundo, muchos de ellos menores de 5 años, se encuentran desempeñando un trabajo, que en la mayoría de los casos está mal remunerado, en el caso de que lo estén, y que les impide acudir a la escuela, privándoles así de su derecho a la educación.
La pobreza y la vulnerabilidad son los dos principales factores que favorecen el trabajo infantil en los países. Para poder prevenir y eliminar esta situación es necesaria la implicación de las administraciones públicas para implementar herramientas de protección social. Sin embargo, uno de los principales problemas que lo impiden, es el hecho de que en muchos de los países, donde todavía existe una gran parte de infancia trabajadora, los sistemas estatales o de protección son laxos y en muchos casis inexistentes.
Por este motivo, desde organizaciones como la ONU, se pretende cambiar el modelo hacia uno que pueda ofrecer una protección social universal contra el trabajo infantil. Un trabajo que además en muchas ocasiones pueden ser un grave riesgo para su salud y desarrollo. Este es el caso de los niños que trabajan en las minas de coltán en algunos países africanos, o los que separan residuos contaminantes en la India.
El Covid-19, un punto de inflexión
La pandemia no solo ha supuesto un duro golpe a nuestra salud mental, también ha traído consigo precariedad laboral y por tanto económica. Algo que trasladado a países con más dificultades y poco desarrollo ha desembocado en un aumento del trabajo en la infancia, que había menguado hasta entonces.
Según el informe presentado por Human Rights Watch, muchos niños y niñas se vieron empujados al trabajo infantil en condiciones peligrosas y de explotación. Esto ha sido debido en gran parte a que la protección y prestaciones sociales de muchos países no han podido hacer frente a las necesidades de las familias más vulnerables.
Añadir nuevo comentario