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Hoy es el Día Nacional contra la Miastenia Gravis, una enfermedad autoinmune que afecta a la transmisión nerviosa generando debilidad y/o fatigabilidad muscular.
Nos encontramos ante una enfermedad neuromuscular que padecen unas 15.000 personas en España y de la que cada año se diagnostican unos 700 nuevos casos.
Esta fatiga y debilidad muscular, caracterizada porque aumenta en los momentos de actividad y disminuye con el descanso, inicialmente suele aparecer en un solo grupo muscular:
- En un 50-70 % de los casos en la musculatura ocular, produciendo visión doble o caída de párpados.
- En un 15 % a los músculos de la cara y de la garganta, generado problemas en el habla, problemas de masticación o al tragar, entre otros.
La miastenia gravis afecta a cualquier grupo de músculos de control voluntario
Cabe destacar que con el paso del tiempo, puede progresar e involucrar a otros como los de las extremidades o los respiratorios: es lo que se denomina miastenia gravis generalizada.
Cuando se produce una debilidad severa de los músculos respiratorios y bulbares, denominada crisis miasténica, la enfermedad puede amenazar la vida del paciente sin un soporte respiratorio mecánico.
“Una parte importante de los pacientes, y gracias a los tratamientos inmunosupresores e inmunomoduladores de los que disponemos, podrán controlar su enfermedad e incluso conseguir la remisión completa de los síntomas. Sin embargo, alrededor de un 10 % de los pacientes son refractaros a los tratamientos inmunosupresores de primera línea, con los que no consiguen una mejoría de su enfermedad”, señala el Dr. Alejandro Horga Hernández, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares de la Sociedad Española de Neurología.
“En este grupo de pacientes se puede dar una mayor frecuencia de crisis miasténicas, ingresos hospitalarios y atención en urgencias y la enfermedad supone un grave impacto en su calidad de vida. Por lo que aún sigue siendo necesario seguir investigando para conseguir nuevos fármacos más específicos para el tratamiento de la miastenia gravis”, apunta el doctor.
La miastenia gravis puede aparecer a cualquier edad, aunque en las mujeres su inicio es más frecuente entre los 20 y 40 años y entre los 60 y 80 años.
En el caso de los hombres es más común que se presente a partir de los 60 años. En todo caso, hasta en un 10-15 % de los casos la enfermedad puede iniciarse en la edad infantil y juvenil.
Cabe destacar que por su relativa incidencia, la miastenia gravis puede pasar desapercibida en sus inicios en los menores de 15 años.
En las personas de edad avanzada, los síntomas pueden también achacarse a otras dolencias previas o al envejecimiento, por ello, tanto en jóvenes como en personas mayores es cuando se dan más retrasos en los diagnósticos.
La etapa de diagnóstico varía según las edades y porque se confunden los síntomas
Hoy en día, en España el 60 % de los pacientes se diagnostican durante el primer año de experimentar los primeros síntomas, pero en algunos casos el retraso puede ser superior a los 3 años.
“Además, en los últimos años, se está observando una tendencia creciente en el número de diagnósticos, por una parte, debido a que los avances en el conocimiento de la enfermedad está permitiendo diagnosticar más y mejor a nuestros pacientes, pero también porque, por causas que aún se desconocen, la incidencia de esta enfermedad está aumentado en los españoles mayores de 60-65 años: Suponen casi el 60 % de los nuevos casos que se diagnostican cada año”, comenta el Dr. Alejandro Horga.
Sobre la miastenia gravis, el especialista añade que “si tenemos en cuenta que es en la población de edad avanzada donde más retrasos diagnósticos se producen, es importante tener en mente esta enfermedad a la hora de valorar problemas musculares en personas mayores”.
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