La riqueza mundial se ha visto afectada por la inflación generalizada y la apreciación del dólar, provocando una caída que no se registraba desde 2018.
El pasado martes, 12 de julio, el euro llegó a la paridad con el dólar por primera vez en veinte años. Este hecho ocurre ante la crisis energética y el riesgo de los inversores ante una posible recesión.