Esta crisis sanitaria ha supuesto un duro golpe para la calidad de vida de los pacientes crónicos quienes, desde entonces, se sienten desatendidos, solos, vulnerables y con miedo.
En la percepción del dolor influyen, además de factores físicos, factores psicológicos y emocionales. Evitar el estrés, dormir bien o hacer ejercicio puede ayudar a gestionar el dolor.