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Vivir con la consciencia de que, si no actuamos urgentemente para remediarlo, el mundo será peor a cada año que pase por culpa del cambio climático. Así es el día a día para quien sufre ansiedad climática o ecoansiedad, un problema de salud mental cada vez más común entre los jóvenes, los que más sufrirán los efectos del calentamiento global.
La Asociación de Psicología Americana y la organización EcoAmérica lo definen como “el miedo crónico a un colapso medioambiental”. No obstante, conviene señalar que existen trabajos recientes de revisión sistemática que evidencian la necesidad de llevar a cabo más estudios para dar respuesta a la falta de claridad conceptual del término y su posible solapamiento con otros conceptos.
En general, podríamos convenir en que la ecoansiedad comprende sentimientos de preocupación por el cambio climático y respuestas emocionales negativas asociadas a la anticipación de sus efectos nocivos. Por ejemplo, angustia ante los cambios medioambientales, miedo ante sus consecuencias más dramáticas o desesperanza ante los perjuicios que ocasionará a las generaciones venideras.
El cambio climático, probablemente la principal amenaza global a la salud pública durante el siglo XXI
Según un reciente estudio previsto para publicación en la revista Lancet Planetary Health, con entrevistas a más de 10.000 jóvenes de 10 países, un 84 % están preocupados por el cambio climático. Un 45 % asegura que esta crisis afecta a su día a día y cuatro de cada diez llega hasta el punto de dudar si tener hijos ante el futuro que les pueda esperar.
La evidencia científica discutida sugiere que mayores niveles de preocupación y ansiedad relativos a la crisis climática pueden tener un efecto adverso en la salud mental.
Más allá de la angustia por un futuro incierto, la ecoansiedad aparece también cuando creemos que cargamos con el peso de salvar el planeta y vemos que nunca es suficiente lo que hacemos para alcanzar una perfección autoimpuesta cuando, en realidad, es un problema que afecta a todo el mundo y a nivel global.
De hecho, hay otra palabra relacionada con este problema: la solastalgia
Esta se define como un tipo de angustia mental o existencial causada por el cambio climático. Los efectos que puede provocar en una persona la ecoansiedad o solastagia son, entre otros: insomnio, depresión, nerviosismo o rechazo a tener un hijo por la preocupación de lo que pasará en un futuro con el planeta.
Para combatir la ecoansiedad se pueden seguir una serie de pautas:
- Seguir un estilo de vida sostenible.
- Reducir el uso de energía en casa.
- Reducir los viajes en avión.
- No avergonzarse de estos sentimientos o sensaciones.
- Actuar para cambiar el sistema.
- Encontrar personas con los mismos ideales.
- Proteger y cultivar los espacios verdes locales.
- Compartir los cambios que cada uno logra con otras personas.
El auge de la preocupación por el clima ha hecho que surjan comunidades de ayuda específicas para quien la sufre, dentro del movimiento climático, y consultas psicológicas especializadas.
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