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Nueva York, 5 mar (EFE).- Las autoridades de EE.UU. han ordenado a la tecnológica Qualcomm retrasar un mes la junta de accionistas prevista para este martes, clave de cara a una posible fusión con su rival Broadcom, con el fin de analizar la propuesta de adquisición.
En un comunicado, Broadcom dijo hoy que fue informada de la decisión en la noche del domingo y criticó duramente a la dirección de Qualcomm por lo que considera un intento "desesperado" para evitar que los accionistas se pronuncien sobre su oferta de compra.
El inesperado movimiento del Gobierno estadounidense supone un episodio más en la guerra que mantienen las dos compañías desde que el pasado noviembre Broadcom lanzó una gran ofensiva para hacerse con su competidor en el sector de los microprocesadores.
La oferta hostil de la compañía con sede en Singapur ha sido hasta ahora rechazada por la dirección de la estadounidense Qualcomm y la junta de accionistas prevista para este martes se presentaba con un punto clave en el proceso.
En la reunión, los accionistas de Qualcomm debían votar sobre la posibilidad de reemplazar a seis de los once miembros de la dirección con nombres propuestos por Broadcom.
De cerrarse, la operación superaría los 100.000 millones de dólares y crearía un gigante tecnológico con un gran dominio en el ámbito de los microprocesadores para dispositivos móviles.
Según numerosos analistas, incluso si las dos empresas se ponen de acuerdo, la fusión corre el riesgo de ser vetada por las autoridades antimonopolio.
La solicitud de las autoridades para retrasar la junta de accionistas de Qualcomm busca dar tiempo a que la Comisión de Inversiones Extranjeras de EE.UU. analice las posibles consecuencias de la operación.
Ese órgano, formado por representantes de varios departamentos del Gobierno, revisa adquisiciones de empresas estadounidenses por parte de compañías extranjeras en términos de seguridad nacional.
Habitualmente sus exámenes se producen una vez que las dos partes alcanzan un acuerdo, por lo que su decisión de investigar el caso a priori ha supuesto una sorpresa.
Broadcom nació en Estados Unidos, pero actualmente tiene su sede en Singapur. La empresa planea devolverla a suelo estadounidense con el fin de facilitar su fusión con Qualcomm, radicada en San Diego (California, EE.UU.).
Según dijo hoy en un comunicado, la decisión de las autoridades de revisar el caso llega después de que la dirección de Qualcomm hiciese una solicitud "secreta" al Gobierno, en un intento de bloquear su propuesta.
Broadcom insistió en que todo está listo para que su sede se establezca en EE.UU. el próximo mes de mayo, lo que haría que la adquisición no sea competencia de la Comisión de Inversiones Extranjeras.
Tras conocerse las noticias, tanto las acciones de Qualcomm como las de Broadcom retrocedían en torno a un 0,50 % en la Bolsa de Nueva York.
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