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Edimburgo (Reino Unido), 31 jul (EFE).- Ya no hay excusas para no pagar por los espectáculos callejeros que el Festival Fringe ofrece durante el mes de agosto en las principales vías de Edimburgo. La tecnología "contactless" llega por primera vez a un evento de estas características para que ningún artista se quede sin su propina.
Del 3 al 27 de agosto no solo los teatros, las iglesias y los bares se llenan de espectáculos de danza, teatro y comedia, sino que las calles más céntricas de Edimburgo acogen las actuaciones de artistas que hasta ahora dependían de la voluntad del público y del dinero en efectivo que este guardara.
Uno de los de los aspectos más celebrados del Fringe, que se desarrolla en paralelo al Festival de Edimburgo, son sus espectáculos al aire libre a cargo de malabaristas, acróbatas y comediantes que se distribuyen por la icónica Royal Mile y las vías aledañas.
Conscientes de la cada vez más extendida tendencia en el Reino Unido de abonar hasta la más pequeña compra con dinero virtual, los organizadores, en colaboración con la tecnológica sueca iZettle, han incorporado a la edición de este año la pionera técnica de dar propinas a través de la tecnología "contactless".
En un comunicado, los organizadores del Fringe explicaron que los artistas contarán con lectores de tarjeta que podrán usarse con la función de repetir pagos por un importe fijo para aceptar así las contribuciones de los espectadores mientras actúan.
"Hasta ahora he confiado en las contribuciones en efectivo del público y claramente he notado un descenso, ya que ha disminuido el número de personas que lleva dinero en efectivo", señaló Super Scott, uno de los artistas callejeros que actuarán este año.
Andy Meldrum, director de espectáculos callejeros del Fringe, opinó que la esencia de estas representaciones implica que sean "abiertas" y que, sin previo pago, dependan "de la generosidad del público que se detiene a contemplarlas".
"Si bien las contribuciones en efectivo han funcionado para los animadores callejeros durante cientos de años, tenemos que responder a las circunstancias cambiantes que afectan a los artistas de todo el mundo. Nuestra asociación con iZettle garantiza que nuestros artistas continúen obteniendo el apoyo que merecen", destacó.
El Fringe, el festival de arte más grande del mundo, acogerá este año 3.548 espectáculos, durante una edición en la que invita a los espectadores a "sumergirse en lo desconocido" y abrirse a nuevos descubrimientos.
Nacido en 1947 como alternativa al Festival Internacional de Edimburgo -que, durante las mismas fechas, congrega a grandes orquestas y compañías de teatro y danza que actúan en las salas más importantes de la ciudad-, el Fringe se ha consolidado como un acontecimiento cultural de referencia.
Algunos de los temas que tratará este año serán el centenario de la Primera Guerra Mundial, el "brexit", la crítica al abuso sexual a raíz del movimiento #MeToo y también el impacto de las nuevas tecnologías en la vida diaria.
Habrá espectáculos como "Trump the musical" sobre el presidente de Estados Unidos; "Mandela Celebration", con música tradicional y jazz sobre la vida del que fuera presidente de Sudáfrica y otro sobre el campeón de Fórmula Uno Lewis Hamilton.
Si algo caracteriza al Fringe es la comedia, por lo que espectáculos como "Like a Sturgeon", en que la drag queen Ripley parodia a la ministra principal escocesa, Nicola Strugeon, y a la primera ministra británica, Theresa May, estarán entre los más demandados.
Entre los participantes habrá artistas internacionales como la banda de rock rusa Pussy Riot o Circolombia, la compañía circense que mezcla circo y danza al ritmo de merengue, rap y electrocumbia.
Ofreciendo precios más asequibles y orientando sus funciones hacia lo políticamente incorrecto, el Fringe se ha consolidado como una gran plataforma para los artistas que empiezan, pero también para los más veteranos que no quieren perder la oportunidad de subirse a uno de los escenarios más vibrantes del panorama actual.
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