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Si hay algo imprescindible a día de hoy en la ciudad de Madrid es el Metro, que a diario transporta a millones de viajeros. No nos podríamos imaginar una vida en Madrid sin Metro porque sería un caos mayúsculo.
Metro de Madrid cumple 100 años
Desde que comenzase su andadura allá por octubre de 1919, las continuas ampliaciones no han cesado hasta contar con una red de casi 300 kilómetros en la actualidad. Se trata de la tercera red de más larga de Europa, solo por detrás de Londres y Moscú, y novena del mundo.
En sus 12 lineas convencionales, Metro de Madrid comunica en todas las direcciones la capital a lo largo de 302 estaciones. Sin embargo, a lo largo de su historia, de sus ampliaciones y obras, han surgido contratiempos e imprevistos que muchos han olvidado.
Uno de estos contratiempos llegó en el trazado de la linea 7 en su última ampliación. Las prisas de la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, por inaugurar el trazado llevaron a errores en su ejecución que singuen dando quebraderos de cabeza.
Mayo de 2007, apertura del nuevo tramo
Las obras de prolongación de la Línea 7 de Metro de Madrid se llevaron a cabo entre los años 2003 y 2007. Ello cumplía con la promesa electoral de unir Coslada y San Fernando con la capital. Sin embargo, la ejecución dejó enterrados varios millones de euros en una obra catalogada como "chapuza". De hecho, ha tenido que ser reparada en varias ocasiones. Esto sumado al descontento entre los usuarios, grietas en viviendas y viajar bajo la amenaza continua de un descarrilamiento.
El 5 de mayo de 2007, Esperanza Aguirre, Ignacio González y Alberto Ruiz-Gallardón acudieron a la inauguración del tramo. Fue conocida como la ampliación del Metro Este, 7B o la línea del Wanda. En esta nueva fase se sumaban ocho nuevas estaciones entre Las Musas y Hospital de Henares. La inversión rondaba los 645 millones de euros y se puso en funcionamiento a 22 días de las elecciones autonómicas.
Cambio de planes
En un principio, el proyecto consistía en un tramo casi recto entre las estaciones de San Fernando y Jarama. Sin embargo, acabó por modificarse para añadir dos estaciones más. En consecuencia se trazó una curva para incluir en el recorrido Henares y Hospital de Henares.
Con el cambio de última hora no se estudió con detenimiento la geología del terreno. Por ello, las filtraciones de agua estaban descomponiendo una capa de sal que, entre otras cosas, provoca que “el túnel quede suspendido en el aire”. Según los estudios posteriores, el resto de materiales se han ido descomponiendo y existe peligro de descarrilamiento, como ocurre en Metrosur. Es por eso que, cada cierto tiempo se deben acometer obras para volver a recubrir los huecos de sales y yesos disueltos.
Más de 25 millones gastados en reparaciones
De los tres tramos, entre Coslada y San Fernando de Henares es el que más problemas ha dado. Este costó 315 millones de euros, a los que hay que sumar casi 25 millones en obras de reparación.
Desde la inauguración de la línea 7B en 2007, se registraron 595 incidencias solo por avería de tren. Habría que sumar otras 144 por avería de instalaciones fijas y 547 incidencias de la explotación.
En consecuencia, se realizaron trabajos en 2008, 2010, 2012, 2013, 2014 y 2015 por importes entre 7 y 10 millones de euros. Tuvo que cerrar incluso ese tramo de la línea entre noviembre de 2015 y diciembre de 2016, con una inversión de seis millones de euros. De momento, el tramo está abierto después de ser cerrado el pasado verano para realizar nuevas tareas de reparación. No obstante, las soluciones que hasta ahora se han dado no erradican el problema de fondo, que tiene origen en su diseño.
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