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Londres, 12 mar (EFE).- Las enseñanzas morales del código de los caballeros del rey Arturo inundan el patio de un colegio británico y empoderan a los niños para combatir el acoso escolar en la nueva película de Joe Cornish, "The kid who would be king" ("El niño que pudo ser rey"), que llega a los cines españoles el próximo 15 de marzo.
Honrar a las personas a las que amas, ser perseverante, abstenerse de ofender y decir siempre la verdad son algunas de las lecciones que el director quiso extrapolar de la leyenda medieval para adaptarlas a los tiempos actuales, en los que se desarrolla el filme.
"Cada vez hay más división en la sociedad y la bondad en el mundo está disminuyendo. Por eso, es importante recordar el poderoso significado de aquel código para que las personas sean más cívicas y amables entre ellas, porque si quieren ganar grandes batallas, hay que trabajar como un equipo", expresa Cornish a Efe en una entrevista en Londres.
La idea de esta comedia juvenil se gestó hace tiempo, concretamente cuando el director tenía doce años y estaba fascinado con la historia del rey Arturo y Excálibur, pero encontraba "un poco aburridas" las versiones que se habían hecho sobre la leyenda, según cuenta.
En la película de Cornish, el protagonista no se llama Arturo, sino Alex (Louis Ashbourne Serkis), y sus caballeros son unos niños de doce años que llevan armaduras con mochila y deportivas. Juntos, y con la ayuda del mago Merlín (Patrick Stewart, Angus Imrie), deberán enfrentarse a la malvada hechicera Morgana (Rebecca Ferguson) para salvar a Inglaterra de la esclavitud.
El nuevo lanzamiento de 20th Century Fox habla sobre temas tan actuales como el acoso escolar o la división de una familia tras un divorcio, lo que la convierte, según el pequeño Ashbourne Serkis, "en una cinta sobre el rey Arturo completamente diferente a la que estamos acostumbrados a ver".
Para el hijo del actor y director Andy Serkis y la actriz Lorraine Ashbourne, la transformación que experimenta su personaje Alex cuando se topa con la espada Excálibur es un ejemplo de "cómo un niño cualquiera puede convertirse en un gran líder y reunir a sus amigos y enemigos del patio del colegio en un mismo grupo".
Esto último es justamente el mensaje de la proyección para su compañero de reparto, Dean Chaumoo, quien interpreta al fiel caballero Bedders: "Cuando entras en disputa con una persona, siempre existe una forma de hacerse aliados, de encontrar algo en común y entenderse", añade.
Por todo ello, las aventuras de estos pequeños caballeros de la mesa redonda se consolidan como una historia de "empoderamiento" para el público infantil, pues demuestra que los niños "son capaces de cambiar y arreglar el desastre que han dejado las anteriores generaciones", explica el director.
El encargado de confiar la misión a los aprendices será el famoso mago galés Merlín, que aparece interpretado por dos actores -Patrick Stewart en su faceta adulta y Angus Imrie en la infantil- como forma de enfatizar su capacidad para retroceder en el tiempo.
"El personaje se ha construido de muchas maneras en la ficción y en este proyecto nosotros queríamos hacer una aproximación más literal a su habilidad, como ocurre con Benjamín Button: cuanto más viejo se hace por dentro, más joven es físicamente", señala Cornish.
Antes del rodaje, Stewart e Imrie prepararon juntos la puesta en escena de los dos Merlín con el fin de "unificar la actuación y poder enseñar, al mismo tiempo, las diferencias que existen entre el mago adulto y el joven, uno más sabio y espiritual y otro más bromista y rebelde", relatan ambos actores.
La combinación de estos caracteres en la cinta permite generar, por un lado, un trato de igual a igual con los niños y, por otro, una relación mucho más autoritaria que surge cuando los pequeños "deben entrenar duro para acabar con la malvada Morgana y no toman en serio al mago joven porque su manera de actuar es un tanto peculiar", relata Imrie.
Aunque en "El niño que pudo ser rey" Morgana detesta a Alex y a sus caballeros, su intérprete Rebecca Ferguson, quien aceptó el papel antes siquiera de haber leído el guión, asegura que "trabajar con niños es la cosa más pura que existe" porque, al igual que en la película, "acaban desvelándote el amor y la bondad".
Brenda Pérez Zapater
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