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Madrid, 12 nov (EFE).- Las mujeres de entre 50 y 64 años reciben un salario medio anual un 30 % inferior al de los hombres de igual edad, una brecha aún más patente entre los 55 y 59 años, franja en la que la desigualdad se eleva al 36 %, según el Observatorio Social de la personas mayores de CCOO.
Durante la presentación del estudio, realizado en colaboración con la Fundación Primero de Mayo, el secretario general de CCOO, Unai Sordo ha instado a perseguir cualquier discriminación obvia y a limitar el uso de la contratación a tiempo parcial porque "tiene rostro de mujer".
Asimismo, ha reclamado medidas para que los cuidados en general, y los de los hijos en particular, se alivien a través del sistema público.
Sordo ha advertido de que la brecha salarial que padecen las mujeres en el empleo tiene un impacto directo sobre las cuantías de sus pensiones en la jubilación.
Según el observatorio, la pensión media de jubilación de las mujeres en enero de 2018 fue de 794,46 euros, mientras que la de los hombres alcanzó los 1.244,69 euros, una diferencia de 450 euros que sitúa la brecha en el 36 %.
El estudio también detalla que las pensiones de los autónomos hombres se encuentra en torno a los 800 euros, lo que supone un 59 % menos respecto al régimen general, mientras que las de las mujeres se sitúan en una media de 593 euros, lo que significa un 62 % menos que las percibidas en el general.
Por este motivo, Sordo ha insistido en que los autónomos deben cotizar en función de sus ingresos reales, ya que -según ha denunciado- muchos de los que cotizan por la base mínima tienen recursos para capitalizar una pensión privada.
Respecto al riesgo de pobreza entre los mayores, el observatorio constata que ha crecido en más de dos puntos y medio, hasta el 8,9 % en 2017, en tanto que casi la mitad de los jubilados manifiesta tener dificultades para llegar a fin de mes.
Sordo ha asegurado que la desvinculación de las pensiones de la evolución del índice de precios de consumo (IPC) ha provocado un empeoramiento sustancial del poder adquisitivo de las personas mayores, que se refleja, sobre todo, al afrontar gastos relacionados con la vivienda, la luz, el agua y la calefacción.
En este sentido, el observatorio incide en que, según los últimos datos extraídos de la Encuesta de Presupuestos Familiares el 35,1 % de los hogares tenía en 2017 una pensión como principal fuente de ingresos, debido a los altos niveles de desempleo y al aumento de la precariedad del trabajo.
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