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Edimburgo (Reino Unido), 25 may (EFE).- El Partido Nacionalista Escocés (SNP), que gobierna en Escocia, retomó hoy la campaña por la independencia del Reino Unido con la presentación de una serie de propuestas económicas, como la creación de una moneda propia, que podrían implementarse si cortase sus lazos con el país.
El informe "Scotland, The New Case for Optimism" (Escocia, un nuevo argumentario para el optimismo) fue elaborado por la comisión de crecimiento del SNP con el fin de reavivar el debate sobre una nueva consulta, tras la que fracasó en 2014, cuando el 45 % apoyó la separación, frente al 55 % que eligió permanecer en el Reino Unido.
La victoria del "brexit" en el referéndum de 2016 reabrió el debate en torno a que la salida de la Unión Europea cambiaba los términos en que se había producido la decisión de 2014 y llevó al SNP a crear esta comisión, encargada de sentar las bases económicas para un posible estado independiente.
El texto, de 354 páginas, señala que el establecimiento de un estado escocés costaría unos 450.000 millones de libras (513.000 millones de euros) y propone como medida estrella la creación de una moneda propia, que se instauraría tras un periodo de al menos una década en que se continuaría usando la libra esterlina.
Durante esta transición, que serviría para proporcionar certeza y estabilidad, Escocia, que ya sería un país independiente, seguiría ligada económicamente al Banco de Inglaterra, que establecería los tipos de interés y la política monetaria de todo el Reino Unido.
El cambio a una nueva divisa se realizaría solo después de haber superado seis rigurosas pruebas que incluyesen el mantenimiento de unas finanzas públicas y unas tasas de cambio estables, un banco central sólido y certidumbre para la ciudadanía y las empresas.
Esto se desmarca de la propuesta del SNP para el referéndum de independencia de 2014, en el que apostó por una unión monetaria con el resto del Reino Unido para continuar utilizando la libra.
Sin embargo, el Gobierno británico, liderado entonces por David Cameron, rechazó llegar a un acuerdo monetario en caso de que ganase la independencia y ese factor se analiza como una de las cuestiones clave que pudieron inclinar la balanza en contra de la separación.
Según los analistas, la finalidad de este informe es centrar las líneas maestras de la que podría ser la política económica para despejar las dudas de aquellos que no apoyarían la independencia sobre la base de que generaría inestabilidad económica.
Otro punto crucial es la recomendación de que Escocia atraiga más inmigración, ya que la escocesa es una población envejecida que depende en gran medida de la mano de obra extranjera, por lo que se proponen una serie de exenciones fiscales de las que se beneficiarían "trabajadores altamente cualificados".
Escocia también seguiría financiando la deuda del Reino Unido, al contribuir con alrededor de 5.000 millones de libras (unos 5.700 millones de euros) anuales para cumplir con los compromisos de la deuda y financiar la ayuda internacional.
El documento analiza el ejemplo de doce países pequeños de todo el mundo, como Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda, bajo el argumento de que los Estados de menor tamaño son más eficientes.
La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, ha dicho que se pronunciará sobre la convocatoria de un nuevo plebiscito antes de finales de año, cuando se espera que haya más claridad sobre el acuerdo de salida de la UE que alcanzarán el Reino Unido y Bruselas.
En un mensaje en Twitter, Sturgeon afirmó hoy que el informe sirve para debatir cómo "maximizar el potencial" de Escocia.
"El excelente informe de la comisión de crecimiento de hoy generará un gran debate, dentro y fuera del SNP, y eso es genial. Es mucho mejor debatir cómo maximizamos nuestro potencial como país que solo centrarnos en cómo limitamos el daño del 'brexit'", escribió.
La oposición, con excepción del Partido Verde que apoya la independencia, se mostró en contra de celebrar un nuevo referéndum.
El Partido Conservador, líder de la oposición, acusó al Ejecutivo de Sturgeon de estar "obsesionado con la independencia", lo que, aseguró, frena los planes de crecimiento de la región.
"Cuatro años después del referéndum de independencia, es hora de que el SNP deje de construir castillos en el aire y continúe con el trabajo de hacer una Escocia más fuerte", señalaron los conservadores.
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