Lectura fácil
Lou Gehrig perdió la capacidad de hablar debido a la ELA, y desde entonces, se comunica con las personas a través de un iPad. Recientemente, MIT Technology Review informa que se ofreció como voluntario para recibir un implante cerebral con el objetivo de hablar a una velocidad cercana a la normal.
La enfermedad no solo le estaba quitando la movilidad, también la capacidad de comunicarse. Pero la paciente, rompió récords anteriores al usar el implante de lectura cerebral para comunicarse a una velocidad de 62 palabras por minuto (una persona sin deficiencias en el habla suele hablar a una velocidad de 160 palabras por minuto). Los científicos de la Universidad de Stanford publicaron un artículo en el que identifican al individuo como el 'sujeto T12'.
Te contamos su historia y el increíble avance de este dispositivo para personas con ELA.
Esta tecnología experimental podría estar lista para convertirse en un producto útil para personas con ELA
El equipo de científicos de Stanford descubrió en su investigación que solo necesitaban analizar la actividad cerebral en una región relativamente pequeña de la corteza para convertirla en un habla coherente utilizando un algoritmo de aprendizaje automático.
El estudio se acaba de publicar y, aunque aún está pendiente de revisión, ya han publicado vídeos donde se pueden observar los avances.
"No tengo demasiado tiempo para hacerlo", lee la paciente en una pantalla. Y en escasos segundos, tras pensar la frase, esta se transcribe con sonido en la pantalla.
Lo que ocurre, explican los investigadores del proyecto, es que la interfaz cerebro-computadora descifra la actividad neuronal y la convierte en el mensaje previsto de modo que este se muestra en la parte inferior del monitor.
Ya existen métodos para comunicarse en personas con la capacidad motora muy limitada
Pero de acuerdo con los investigadores en este caso no solo se logró velocidad, además: "La tasa de error de palabras fue del 9,1 % en un vocabulario de 50 palabras (2,7 veces menos errores que el estado de la técnica anterior). Y una tasa de error de palabras del 23,8 % en un vocabulario de 125.000 palabras (la primera demostración exitosa de la decodificación de un vocabulario extenso)", explica Frank Willett de la Universidad de Stanford, artífices del estudio.
Las interfaces cerebro-ordenador requieren una pequeña almohadilla de electrodos afilados incrustados en la corteza motora de una persona (la región del cerebro más involucrada en el movimiento), de esta manera, la innovación registra la actividad de las neuronas para encontrar patrones que reflejen los movimientos en los que alguien está pensando.
Pero, ¿cómo podían detectar si el 'sujeto T12' intentaba mover la boca, la lengua y las cuerdas vocales mientras intentaba hablar? Pocas neuronas contenían suficiente información para permitir que un programa de ordenador predijera, con buena precisión, qué palabras estaba tratando de decir. Posteriormente, la información fue transmitida a un PC donde aparecían las palabras del paciente tal como las pronunciaba el ordenador.
Para mejorar la tasa de error de su sistema, los científicos proponen sondear más áreas del cerebro y, al mismo tiempo, optimizar el algoritmo.
Mejorando lo presente
Hawking, quien falleció en 2018, sufría de una forma de ELA de progresión lenta. Pudo comunicarse usando un sensor infrarrojo que podía detectar tics en su mejilla, que movía un cursor a través de filas y columnas de letras. Si bien es efectivo, este proceso podría llevar mucho tiempo y requerir un equipo voluminoso.
Otros pacientes con ELA utilizan dispositivos similares que miden la actividad eléctrica de los nervios que controlan los músculos faciales. Sin embargo, esta solución también requiere equipos engorrosos y no siempre es preciso.
La mayoría de los pacientes con ELA también eventualmente pierden la capacidad de controlar sus extremidades, por lo que teclear no es una estrategia viable para ayudarlos a comunicarse.
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