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En los últimos días se ha descubierto un hecho histórico: la creación de embriones de animales sin la presencia de los tres elementos básicos para el alumbramiento de la vida: sin óvulos, ni espermatozoides ni úteros.
Embriones sintéticos parecidos a los ratones reales a partir de las células madre embrionarias
En la actualidad existen diversas formas de crear la vida, independientemente del método más tradicional. Esto también ocurre con los animales, sobre todo con los grandes avances de los laboratorios de todo el mundo, quienes recurren a métodos específicos para conseguir grandes resultados.
Así ha ocurrido con unos investigadores en un laboratorio en el Instituto Weizmann, en Israel, quienes han creado embriones de animales sin la necesidad de recurrir a los tres elementos básicos de la vida de cualquier mamífero: sin óvulos, ni espermatozoides ni úteros. Suena extraño, pero así fue.
Los embriones sintéticos de ratón se generaron a partir de células madre y desarrolladas en un biorreactor. Estas células madre crean los tejidos necesarios para la formación de órganos. Se trata de un proceso muy complicado, pero posible.
Gracias a este nuevo descubrimiento publicado en la revista Cell, los investigadores aseguran que será una forma de comprensión para formar órganos a partir de células madre y de la influencia de algunas mutaciones genéticas en cuanto a las enfermedades.
Un nuevo futuro para las células madre
A pesar de los buenos resultados, los embriones de ratón sintéticos no eran iguales que los naturales, lo que hace que aún quede mucho camino por recorrer.
Sin embargo, este nuevo método científico abre nuevas puertas y horizontes para un futuro no muy lejano para estudiar cómo las células madre forman varios órganos en el embrión en desarrollo y, gracias a ello, poder crear tejidos y órganos a través de embriones sintéticos.
Gracias a este nuevo formato, los embriones se mantienen en una solución nutritiva que se mueven de manera continua, lo que hace provoca una simulación de la forma en que los nutrientes se administran a la placenta.
Por eso, este enfoque es algo novedoso, ya que podría dar lugar a nuevas cuestiones éticas y técnicas en relación al uso de un embrión natural dentro de la investigación científica y la biotecnología.
En un horizonte mucho más lejano, este estudio puede ver un futuro donde los animales y los humanos puedan llegar a ser cultivados de manera artificial en un laboratorio, aunque aún no podemos hablar de ello de una manera 100 % segura, aunque ya se están planteando nuevos experimentos.
Uno de los autores del estudio concluye que “en lugar de desarrollar un protocolo diferente para cultivar cada tipo de célula, por ejemplo, las del riñón o el hígado, es posible que algún día podamos crear un modelo sintético similar a un embrión y luego aislar las células que necesitamos. El embrión en sí lo hace mejor”.
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