Al dolor que provoca la enfermedad crónica de la endometriosis se le une ahora otro daño moral para aquellas mujeres que quieran formar parte del Cuerpo de la Policía Nacional.
Como un grito abierto, desesperado, profundo, punzante, amargo y, sin embargo, mudo. Así es el dolor silenciado de una enfermedad que, solo en España, sufren dos millones de mujeres pero de la que apenas se habla.