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Una enfermedad desconocida para muchas mujeres, que en ocasiones la padecen en silencio sin ser conscientes. Hablamos de la endometriosis, enfermedad crónica que según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (MSCBS) "afecta por lo menos a un 10 por ciento de la población femenina en edad fértil".
Aunque hay mujeres que no manifiestan ningún síntoma, la mayoría suelen tener dolores muy fuertes, además de otros problemas derivados de esta enfermedad.
El Manual MSD establece que la edad promedio en la que se suele diagnosticar la endometriosis es a los 27 años. No obstante, puede aparecer aún más temprano, incluso en la adolescencia.
¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis es el crecimiento benigno del tejido endometrial fuera del útero. El peritoneo pélvico y los ovarios son las zonas más frecuentes en las que se suele detectar este tejido.
También puede encontrarse en otras partes como la vejiga e incluso, los intestinos, según el MSCBS. Se preguntarán cuál es la causa de que aparezca este tejido, pero lo cierto es que aún se desconoce.
Al respecto, el Manual MSD establece como posibles razones de su aparición los antecedentes familiares, el retraso en la maternidad, la menopausia tardía o los ciclos menstruales cortos, entre otros.
Un aspecto fundamental es que este tejido que crece fuera del útero depende del ciclo hormonal de la mujer. Además, con cada menstruación se va desprendiendo y produciendo fuertes sangrados.
Diagnóstico de la endometriosis
Los síntomas de la endometriosis son clave para su diagnóstico. Sin embargo, en mujeres asintomáticas suele detectarse la enfermedad en las revisiones rutinarias.
Algunos de los problemas más comunes que suele provocar la endometriosis son varios:
- Dispaurenia: dolor intenso que se produce durante la penetración al mantener relaciones sexuales y que dificulta el coito. Las molestias pueden aparecer durante o después de las relaciones.
- Infertilidad: esta consecuencia suele afectar hasta el 40 por ciento de las mujeres que han sido diagnosticadas con endometriosis.
- Dolor pélvico crónico: puede presentarse en forma de dismenorrea severa progresiva, lo que ocurre en un 75 por ciento de los casos según el MSCBS.
Es una enfermedad que puede desencadenar en un cáncer de ovarios
Algunos de los síntomas adicionales que expone el Manual MSD son el dolor al defecar. Se puede dar en algunos casos sangrado rectal durante la menstruación, dolor durante la micción (a veces, asociado a la cistitis) o la incontinencia.
No obstante, esta sintomatología suele disminuir o solucionarse en el momento en el que hay un embarazo.
Ante esta sintomatología expuesta, el ginecólogo pasaría a realizar un examen pélvico y una laparoscopia que permitirá ver mejor si la paciente sufre endometriosis.
Y aunque no se trata de una enfermedad maligna, puede terminar desencadenando en un cáncer ovárico. Esto no es frecuente y el riesgo es bajo, pero es conveniente no perderlo de vista.
Los tratamientos de la endometriosis
A pesar de ser una enfermedad crónica, la endometriosis tiene diferentes tratamientos que permiten abordarla de la mejor manera. Algunos de ellos son los siguientes:
- Tratamientos hormonales: el uso del DIU, tanto el de cobre como el de levonorgestrel, o las pastillas anticonceptivas suelen dar muy buen resultado. Sin embargo, no resuelven el problema de infertilidad que puede tener una paciente con endometriosis.
- Fármacos analgésicos: suelen recomendarse fármacos de venta libre como el ibuprofeno. Sin embargo, si el médico lo considera puede recetar alguno que sea más fuerte para tratar los dolores provocados por la endometriosis, como los antihiperalgésicos o los opioides.
- Tratamiento quirúrgico: se lleva a cabo mediante la laparoscopia que permite visualizar bien las lesiones para eliminarlas por completo. Los resultados son alentadores, ya que son mejores a largo plazo y, además, esta intervención ayuda a recuperar la fertilidad.
Los nacimientos múltiples, la lactancia prolongada, la menstruación tardía o el uso de anticonceptivos orales pueden evitar su aparición. Así es como lo resalta el Manual MSD. Sin embargo, las revisiones periódicas son importantes para detectarla y empezar un tratamiento lo antes posible.
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