La jornada laboral de un trabajador no solo se centra en sus funciones, sino también en sus descansos. Según el Estatuto de los Trabajadores, debe realizarse al menos un descanso de 15 minutos al día.
Llegar tarde al trabajo puede tener consecuencias muy graves para el trabajador, llegando incluso al despido disciplinario, donde el trabajador puede incluso perder el derecho a indemnización.