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Implementar medidas de protección en solo el 1,2 % de la superficie terrestre podría prevenir la próxima gran extinción de especies en nuestro planeta y rescatar a aquellas más vulnerables de la amenaza de desaparición.
Esta es la conclusión principal de un estudio exhaustivo realizado por 24 renombrados ecologistas y conservacionistas de instituciones en países como Arabia Saudí, Brasil, Camerún, China, Estados Unidos, India, Indonesia, México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Reino Unido y Sri Lanka. El informe fue publicado este martes en la prestigiosa revista 'Frontiers in Science'.
La protección de especies raras para el futuro
Los autores identifican refugios cruciales de biodiversidad que albergan especies poco comunes y desarrollan un plan económico y viable para proteger a las animales en peligro, asegurando así la preservación de la vida silvestre en la Tierra para el futuro.
"La mayoría de las especies en la Tierra son raras, lo que significa que tienen áreas de distribución muy limitadas, se encuentran en densidades muy bajas, o ambas cosas", explica Eric Dinerstein de la ONG Resolve y autor principal del artículo.
Frenando la sexta extención
Dinerstein comenta: "La rareza está sumamente concentrada. En nuestra investigación, enfocándonos en esta rareza, encontramos que solo se requiere aproximadamente un 1,2 % de la superficie terrestre para prevenir la sexta gran extinción de la vida en el planeta".
Carlos Peres, profesor de Ecología de la Conservación en la Universidad de Anglia del Este (Reino Unido), advierte que la oportunidad para proteger la naturaleza en las ecorregiones de la Tierra se está reduciendo.
La viabilidad financiera
“Nuestro análisis muestra que reservar un 1,2 % de las áreas terrestres para proteger especies endémicas, amenazadas y raras es financieramente viable, pero esta viabilidad disminuirá rápidamente con el tiempo”, subraya.
Para cumplir con los objetivos de conservación, se protegieron 1,2 millones de kilómetros cuadrados adicionales de tierra entre 2018 y 2023. Sin embargo, Dinerstein y sus colegas señalan que solo 0,11 millones de kilómetros cuadrados de estas tierras incluyen faunas amenazadas y de rango limitado.
Los mapas de biodiversidad global
Los científicos iniciaron su trabajo mapeando todo el planeta y utilizaron seis capas de datos de biodiversidad global. Al combinar estos datos con mapas de áreas protegidas existentes y realizar un análisis detallado de la cobertura terrestre utilizando imágenes satelitales, lograron identificar el hábitat restante disponible para seres vivos raros y amenazadas. Así, pudieron determinar cuáles son las áreas de biodiversidad más críticas que aún no están protegidas.
Los 'imperativos de conservación', parte de un plan global para la conservación a nivel local, abarcan 16.825 sitios que cubren 164 millones de hectáreas. Proteger adecuadamente estos sitios, especialmente los ubicados en los trópicos, podría evitar la mayoría de las extinciones previstas. Además, el 38 % de estos sitios están cerca de áreas ya protegidas. Estos sitios son cruciales para más de 4.700 especies amenazadas, incluyendo mamíferos como el tamarao y el macaco crestado, aves, anfibios de distribución restringida y tipos de plantas raras en ecosistemas biodiversos pero amenazados.
Los beneficios de la conservación
Según Lee, para calcular el precio de esta protección, los científicos utilizaron datos de cientos de proyectos de protección de la tierra realizados durante 14 años. Tuvieron en cuenta el tipo y la cantidad de tierra adquirida, así como factores económicos específicos del país.
"Nuestro análisis calculó que proteger los 'imperativos de conservación' en los trópicos costaría aproximadamente 34.000 millones de dólares anuales durante los próximos cinco años."
El investigador señala que estos costes representan menos del 0,2 % del PIB de Estados Unidos, menos del 9 % de los subsidios anuales a la industria mundial de combustibles fósiles, y una fracción de los ingresos generados por las industrias minera y agroforestal cada año.
Preservar la biodiversidad implica proteger la cubierta forestal de la Tierra, crucial como sumidero de carbono. Conservar áreas boscosas ricas en carbono y biodiversidad no solo protege especies amenazadas, sino también a los humanos.
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